La iglesia románica de Baides
La mañana de enero está fría, ventosa, gris y blanca en los altos calveros del monte. Todo se empapa de la llovizna puntiaguda y cristalina. Las escaleras que ascienden hasta la vieja iglesia de Baides están cubiertas de una espesa capa de hierba que parece cantar su verde estrofa limpia y brillante. El viajero, que…