
Comentario al libro de Tomás Nieto Taberné de las Cuevas-Bodega de la provincia de Guadalajara en que se estudian muchos e interesantes ejemplos, destacando el de la perdida bodega del poblado de Villaflores en Guadalajara.
Artículos y comentarios sobre Guadalajara
En estos días aparece impreso en forma de libro el trabajo que el arquitecto alcarreño Antonio Trallero elaboró en los últimos años, y con el que consiguió ganar, en 2016, el Premio “Layna Serrano” de investigación histórica sobre la provincia de Guadalajara. El libro es realmente espectacular, y la cantidad de datos, de imágenes, de hallazgos y soluciones es muy grande, hasta el punto de que sin duda puede decirse que este será, en adelante, un libro de referencia del arte patrimonial alcarreño. En este trabajo completamente redondo que ahora nos llega a las manos se materializa un ansiado título, un tema esperado, una realización impecable… Pero, sobre todo, se centra la atención de quien lo lea en los tres aspectos bien definidos, y analizados a fondo, de los tres momentos en los que el estilo mudéjar ha impregnado la ciudad de Guadalajara a lo largo de los últimos ocho siglos, dando a nuestra tierra un “sello” inconfundible, una marca que deberíamos potenciar más, la del “mudéjar” para todo. El autor de este trabajo de investigación, que ha conseguido verlo no solo premiado sino publicado, plantea la visión del mudéjar guadalajareño a través de tres etapas muy bien definidas, que son: el mudéjar, la pervivencia del mudéjar, y el neomudéjar. Vamos a analizar brevemente qué son estos tres conceptos, y cuales sean sus edificios o ejemplos más representativos. El mudéjar El mudéjar lo define Trallero como “la manifestación cultural de una sociedad plural”. Imposible ser más escueto, y por ello se necesita alguna aclaración más. Como por ejemplo decir que el mudéjar No es arte islámico, que SÍ es arte cristiano, y que se ejerce en un contexto multicultural, en el que los comitentes y mecenas son miembros de la sociedad cristiana, pero los artífices y artistas pertenecen a la sociedad islámica. Se sabe, por crónicas, documentos y restos hallados, que Guadalajara fue una ciudad eminentemente mudéjar, tanto en sus edificios religiosos como civiles. La densa población islámica que quedó en la ciudad tras el cambio de poder político, tras la Reconquista, se dedicó a la construcción, y así la mayoría de los templos cristianos, como antes lo habían sido los islámicos y judíos, están hechos con las técnicas habituales mudéjares, usando el material de la piedra caliza y el ladrillo como basamenta de todo. Así ocurre que hubo numerosas iglesia de este estilo, de las que apenas nos han […]
En los días de reflexión que preceden a la esperada fecha de las elecciones locales, la posibilidad de elegir representantes se nos antoja como un ideal en el que los ciudadanos debemos poner lo más difícil del envite: elegir bien. El pueblo nunca se equivoca, lo tengo por cierto, y de nuestra ciudad hay un buen plantel, este año, donde escoger. Mientras sigamos condenados al sistema de listas cerradas, lo más difícil es elegir el grupo que nos representará en los siguientes cuatro años. En materia cultural, y de patrimonio, son muy pocas las propuestas que se han hecho para estos comicios. La mayoría, son entelequias imposibles de cumplir. Y algunas, más lógicas y positivas, necesitarán en todo caso de la voluntad permanente de quienes las asuman como compromisos. Estamos en este inicio del siglo XXI como ante una encrucijada de caminos. Y quienes nos dirigen, o aspiran a hacerlo, no parecen saber muy bien qué camino tomar, porque antiguos caminos se cerraron y otros no se encuentran bien trazados todavía. En anteriores campañas se prometieron acciones culturales que no se llegaron a cumplir, y otras sin embargo se llevaron a cabo sin previamente haberlas anunciado. En cualquier caso, este es un buen momento para recapitular sobre los brillos y las sombras de nuestro patrimonio, de nuestro acervo cultural local, de las esencias que deberían mantenerse para que no se caiga en la idoloatría de lo moderno y se olvide el enraizado sostén de nuestra historia. Cosas que se hicieron bien No es por casualidad que las elecciones locales se celebren siempre en primavera. Los manuales que usan los que saben a lo que van, dicen que esa es la mejor época porque luce la ciudad en sus parques, en sus cielos, en sus perspectivas amables. Si me lanzo a pasear por las Cruces me encuentro con que el paseo está, más o menos, como hace 10 años, pero tampoco necesitaba de mejoras. Se ha ido a lo seguro, a dejarlo bien, transitable, humano. Sin embargo, la acción sobre una vía antigua y con raigambre, la llamada Calle de Barrionuevo (alta y baja) que luego fue llamada de Ingeniero Mariño y Ramón y Cajal, a principios del pasado siglo, ha sido tratada con buena disposición, con aceras más amplias, con lucimiento de ángulos y esquinas, consiguiendo una amabilidad indudable, aunque haya tenido sus puntos oscuros, como el cerramiento total del […]
A fin de año, cuando suenan las doce campanadas del último de sus días, la gente se suele plantear ideas de acerca de lo que ha hecho, de lo que ha dejado de hacer, y de lo que deberá en un futuro hacer o cambiar. En esta hora de recapitulación, me parece oportuno hacer un poco resumen del año y propuesta de enfrentar el nuevo, especialmente en el capítulo del Patrimonio cultural, artístico e histórico de nuestra tierra. Allá van algunas reflexiones, preocupaciones y propuestas por si a alguien le parece que en ellas puede haber algo de provecho. En el año que acaba estos días, el 2012 que fue un fin de ciclo de la cultura maya, y por lo tanto puerta de otro nuevo, las cosas anduvieron revueltas por España y por Castilla la Mancha. Revueltas y confundidas, que es peor. Fruto sin duda de tiempos demasiado alegres y despreocupados, de tiempos llenos de un ingenuo optimismo. No puedo evitar recordar (todos la conocéis) la fábula de Esopo de “La cigarra y la hormiga”. Se acabó el verano de cantares vanos, y llega el invierno de conformarse con lo que se allegó de veras. En el tema cultural, y hablando de basamentos, este ha sido un año de convulsiones: por un lado, los presupuestos para las bibliotecas públicas (laprovincial, lasmunicipales…) se dejaron reducidos a un mínimo con lo que de peligro ha supuesto, -sigue suponiendo- para la función social que cumplen estos centros, que es el del estímulo de la lectura por parte dela población. Solouna población que lee, que es un poco más culta y educada cada día, puede aspirar a protagonizar algo serio e importante en la historia del mundo. Las cabalgatas y los torneos de paddle pueden hacernos más felices en algún momento, pero el calado de futuro de los libros no puede desdeñarse. Por una parte, elAyuntamiento de Guadalajaraconcluyó y abrió (sin inauguración oficial siquiera)el nuevoArchivo Histórico Municipal. Y la Junta terminó la construcción, y a punto está de ponerlo en marcha, del Archivo Histórico Provincial. En este sentido, las sombras y las luces de la cultura de los papeles están ahí, dinámicas y ojalá que avanzando. En el aspecto de las artes escénicas, también hubo claroscuros. La semana pasada, un extraordinario recital de Ainhoa Arteta conmemoraba el 10º Aniversario de la existencia del Auditorio Municipal “Buero Vallejo” que durante los 10 años […]