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martin de vandoma

Lecturas de patrimonio: el retablo de Pelegrina

Retablo de Pelegrina

Un estudio actualizado del retablo renacentista de Pelegrina, junto a Sigüenza, obra de Martín de Vandoma y Diego de Madrid, en 1572.

Catedral de Sigüenza: un paseo por las alturas

En los 850 años que ahora se cumplen de la consagración del templo mayor de la diócesis, la catedral por antonomasia, cumple recordar algunos detalles del edificio, porque en ellos está la claves, las claves, de su significado último. Con la llegada del siglo XVI, en España se abren las puertas a nuevos modos de construir, y, sobre todo, a nuevos modos de representar. Lo que llamamos “Renacimiento”, y que en esencia es la toma de conciencia del hombre por su papel en el Universo, verá plasmados sus principios en muchos ámbitos: en la literatura, en la filosofía, en la política, y por supuesto en el arte. Y en ese impulso constructivo, renovador de formas, que se centra por templos y palacios, a la catedral de Sigüenza le tocarán los mejores elementos de la provincia. Es lógico, puesto que es el lugar donde más posibilidades hay de hacer cosas nuevas, y donde más presupuestos existen, y más generosos, para levantar y experimentar. Durante el episcopado de don Bernardino López de Carvajal se construyen los mejores ejemplos del Renacimiento en la catedral. Este obispo, que nunca llegó a aparecer por la Ciudad Mitrada, ya que vivió siempre implicado en los asuntos vaticanos, dio sin embargo dinero para construir retablos, estancias y obras públicas. Su sucesor, don Fadrique de Portugal, hizo lo mismo, y en competencia con ellos, el Cabildo de la catedral también se esmeró en propiciar novedades constructivas y decorativas. La sacristía de las Cabezas Es la Sacristía mayor de la catedral, la que el Cabildo encomendó a Alonso de Covarrubias, la que muestra más interés en cuanto a techos se refiere. Se esconde su portada en una oscuridad que no merece, ya avanzado el tránsito por la girola. La estancia ha sido calificada entre las más impresionantes obras de la arquitectura del Renacimiento europeo, y consiste en una gran estancia rectangular, en cuyos lados mayores se abren amplias hornacinas, en las cuales se alberga la cajonería con talla profusa, magnífica, plena de figuras y simbolismo. Merecería hacerse un detallado estudio de la simbología y mensajes que esas tallas de madera sobre cajones y aparadores llevan. Es uno de los elementos que aún permanecen arcanos en el conjunto catedralicio. En las enjutas de los arcos que forman los muros de la estancia, aparecen enormes medallones representando bustos de profetas y sibilas. Todos son preciosos elementos escultóricos que completan el conjunto. […]