Danzas serranas de Guadalajara

sábado, 29 junio 2019 0 Por Herrera Casado

Danzas de la Octava del Corpus en Valverde de los Arroyos

A lo largo de la primera mitad del año, hemos disfrutado de la visión de algunas tradiciones en forma de danzas. Vistosas y coloristas, las danzas serranas de Guadalajara son expresión de ancestralismos cargados de mensajes y significados. Me entretengo ahora en recopilar con breve descripción las más interesantes y llamativas de esas danzas. 

El domingo en Valverde de los Arroyos 

Quizás la más genuina y sobre todo la más espectacular de estas danzas serranas es el conjunto que se baila en Valverde, el domingo de la Octava del Corpus. Que es precisamente este próximo domingo, pasado mañana. Y por eso traigo aquí este tema, y animo a mis lectores a que se programen un viaje, la mañana de este domingo, hasta Valverde para disfrutar de esta tradición “in situ”.

Porque, con muy buen criterio, los miembros de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Valverde nunca han querido salir de sus términos, de su plaza y su era, para ejecutar las danzas heredades de sus antepasados. El hecho festivo consta de unos actos, de un tiempo, y de un lugar. Si se sale de ellos, se banaliza y mancilla la costumbre.

Patrimonio inmaterial, las danzas

El patrimonio está en los edificios, y en los paisajes, y en las plazas y en los paseos junto al río, pero también en las canciones, sin duda, en las fiestas y, especialmente, en esas contundentes afirmaciones de la identidad colectiva que son las danzas. En la Sierra Norte de Guadalajara (que llega hasta su falda última junto al Jarama) hay una especial concentración de estos recuerdos temblorosos, coloristas y ancestrales. Hay danzas, que protagonizaron los hombres en los mejores días del año, cuando la nieve se es ida y las flores adornan todos los horizontes. Danzas que hoy se mantienen vivas, y que aquí cabe recordar.

Todas ellas manifiestan un origen común, una forma muy ampliamente difundida de juntarse un grupo de hombres que con saltos, movimientos, ataques y música de fondo alientan la fuerza del grupo humano frente a la Naturaleza: quizás en su origen son ritos de propiciación agrícola, ofrecimiento grato a la supervivencia, o postureo guerrero ante una batalla que se presume vital. En todos los grupos, que danzan en plazas y ejidos durante el buen tiempo del verano, aparecen hombres revestidos de trajes blancos, con faldas amplias, delantales y cintas de múltiples colores, cruzándose en difíciles figuras, en rápidos movimientos con cintas que se trenzan sobre un palo central, o luchas de maderas que simulan espadas. Vistosas, inolvidables.

Por decir las que hoy todavía permanecen y se pueden contemplar, va aquí una sucinta relación con fechas y ajuares.

Valdenuño Fernández

Enero. Domingo después de los Reyes. Un grupo de seis jóvenes danzarines, que visten pantalón negro, camisa blanca y chaleco abierto negro, danzan con gran aparato sonoro y de diversas formas, acabando siempre con una llamativa danza de paloteo en la que los palotes suelen acabar rotos en su totalidad, de la fuerza con que golpean. Se acompañan de una botarga multicolor que corre por el pueblo asustando a la chiquillería y pidiendo donativos.

Valverde de los Arroyos

Mayo o Junio. Domingo siguiente a la Octava del Corpus. Este año se celebra el domingo que viene, 30 de junio. Es la más conocidas de todas, esencia de la fiesta de la Octava del Corpus, a cargo de un grupo de hombres que forman en la Cofradía del Santísimo. Forman en la misa, en la procesión, y en las múltiples danzas que ejecutan en las eras, y en el portalejo, ante la iglesia. Visten con trajes blancos, medias de lana de ese color, y se cubren con mantones y delantales negros bordados con flores multicolores, cubriendo sus cabezas con grandes gorros en los que lucen flores y espejos. Llevan castañuelas, y se acompañan de un botarga que dirige sus movimientos y aguanta el palo en las danzas de cintas. Espectacular es verlos danzar sobre la hierba verde de un prado al pie de las altas montañas circundantes. Imprescindible viajar, pasado mañana domingo, a Valverde de los Arroyos.

La Huerce

Agosto, primera mitad. En medio de las fiestas patronales dedicadas a San Sebastián, (que fueron trasladadas al verano desde enero), salen a las calles un grupo de ocho danzantes que pone en marcha un abigarrado repertorio de danzas de paloteos, y de cintas, mostrando en ellas el mismo sentido primitivo y ancestral que muestran el resto de danzas que ahora vemos. Llevan nombres los pasos que ejecutan, como “El batallón”, “la Marcha Real”, “San Sebastián” y “Somos los hijos de Adán”, con ciertas resonancias religiosas añadidas. Estos bailarines llevan un atuendo más sofisticado, con pantalón oscuro, largo, y medias blancas hasta la rodilla, sobre las perneras del pantalón, más una camisa blanca, de manga larga, que se adorna en el brazo con un lazo azul, o rojo, y en la cabeza unos gorritos bordados con vivos colores.

Condemios

Agosto, mediados de mes. En las fiestas a honor de San Antonio y San Benito, aparece un grupo de ocho danzantes más un zarragón o botarga, a lo que se añade un grupo de músicos que tocan dulzainas, tamboriles y castañuelas. Los propios danzantes llevan castañuelas, y unos palos que suenan y sirven para luchar. En la procesión de los santos patrones, losdanzantes acompañan, y dirigidos por el zagarrón, evolucionan por calles y plazas entrechocando sus palos, animados por los espectadores. También tienen nombres sus danzas, de las que pueden destacarse Madrugaba un caballeroCuando me casó mi madreEl TronchoLa Cruz,La Burraca , la Marcha y El Cordón; es en esta última en la que los danzantes utilizan un árbol de cintas que van cruzando y entrelazando mientras bailan.

Galve de Sorbe

Agosto, tercer fin de semana. Con trajes llamativos, de seda, con calzones hasta las rodillas, chaquetilla corta con rallas o flores, y en la cabeza un pañuelo multicolor que se lo sujetan como “cachirulo” aragonés. Entre ellos circula el zarragón, vestido con chaqué, pantalones y bonete, que ejerce de director de la danza. Estas son también de paloteo (La Rosa, la Urraca, el Tero-Lero), de castañuelas, y de cintas. Y entre ellas destaca El Castilloen la que el grupo monta una vistosa torre humana que se corona con uno de los danzantes puesto boca abajo, lo que requiere cierto valor y mucho entrenamiento. El cordón, espectacular, es la danza de cintas de Galve.

Majaelrayo

Septiembre, primer domingo. Los miembros de la Hermandad del Santo Niño, llevan una indumentaria similar a la de los danzantes de Valverde, con pantalón y falda almidonada blanca y aparatosa, al cinto un pañolón de vivos colores, y a las espaldas cintas también muy coloristas. Sobre la cabeza, gorros con flores. Desarrollan danzas vistosas y animadas de paloteos, de cintas y castañuelas y los títulos de esas danzas son El cordón, Las espadas, Las fajas, etc., que vienen a mostrar el mismo rito de paloteos, saltos y figuras en torno al palo como en los anteriores lugares.

La bibliografía capital para conocer a fondo estas danzas, es el libro de Raúl Conde: “Danzantes de Guadalajara”. Editores del Henares. Guadalajara, 2005. Aunque también las recoge todas el de José Ramón López de los Mozos, “Fiestas tradicionales de Guadalajara”, Aache Ediciones, Guadalajara, 2000.