Cinco Cronistas Provinciales

sábado, 30 marzo 2019 0 Por Herrera Casado

cinco cronistas provinciales de guadalajaraAunque parezcan salidos, la mayoría de ellos, de antiguos anaqueles cubiertos de polvo, yo creo que la esencia de la figura que encarnan sigue siendo la misma, porque tras ella late la querencia del terruño, la pasión por saber, el empeño por divulgar y proteger. Cinco cronistas provinciales, entre los que me cuentan, y su obra. Hay para leer un rato, y ejercer el sano deporte de aprender cosas nuevas.

Pasados los siglos (hay quien dice que oscuros) de la Edad Media, del teocentrismo y de la razón unánime del imperio monárquico, en los que la memoria histórica era dictada por una serie de Cronistas a sueldo de los reyes y de los magnates (¿alguien se acuerda de Alonso de Palencia, de  Bernal Díaz del Castillo, o de Hernando Pecha?), llegaron los tiempos del liberalismo y las reformas, y en una de esas (a mediados del siglo XIX) se creó la figura del Cronista Provincial, que sería nombrado, con carácter vitalicio, y sin remuneración alguna, por la respectiva Diputación Provincial, para que, ocupando el espectro de los antiguos cronistas reales, dieran fe en sus escritos, indagaciones, libros y comunicaciones, de lo que aconteciera en la provincia respectiva, haciendo historia de ella, defendiendo sus raíces y valores.

La Diputación de Guadalajara hizo su primer nombramiento de Cronista en 1875 (pronto se cumplirá el siglo y medio de ello) y lo hizo en la persona de don Juan-Catalina García López, un alcarreño que vivía en Madrid, donde ocupó puestos de responsabilidad en el Museo Arqueológico Nacional, y en la Universidad Central, ocupándose de numismática, bibliografía y saberes arqueológicos varios. Escribió algunos libros, en los que expuso con brillantez sus hondos saberes, fruto de una investigación permanente, vital, en Bibliotecas y Archivos, de tal manera que uno de sus frutos fue la gran obra “Biblioteca de Escritores de la provincia de Guadalajara y bibliografía de la misma hasta el siglo XIX” obra premiada en el Concurso Público de la Biblioteca Nacional en 1897 y luego impresa, al año siguiente, por cuenta del Estado, en la Imprenta de Ribadeneira. Una joya difícil hoy de encontrar. Además publicó “El libro de la provincia de Guadalajara”, más un rasgo histórico de la Virgen de la Antigua, un ensayo de Tipografía Complutense, los Aumentos a las “Relaciones Topográficas de Felipe II” donde se encuentra la raíz de la historia de muchos de nuestros pueblos, y el crucial estudio “La Alcarria en los dos primeros siglos de su reconquista” que le sirvió como discurso de toma posesión de su sillón en la Real Academia de la Historia. Hoy nos queda de don Juan Catalina García lópez, el nombre de una calle, en el centro de Guadalajara, y un retrato suyo en la Sala de Historia Local de la Biblioteca Pública Provincial del palacio de Dávalos.

Siguieron otros escritores e investigadores su senda, marcada siempre por la Diputación Provincial, atenta a ser representada, y apoyada, por gentes de saber y hacer. El siguiente, en 1911, a la muerte de García López, fue don Antonio Pareja Serrada (este de Brihuega) quien tuvo tiempo de escribir una gran historia de su pueblo, y recoger numerosas leyendas antiguas de la Alcarria.

Fallecido en 1925, pasó a ser Cronista Provincial don Manuel Serrano y Sanz, que venía precedido por la fama de sus investigaciones americanistas, y su prestigio como catedrático de Historia, primero en la Universidad de Zaragoza, y luego en la Central de Madrid. Cientos de escritos han dejado constancia de su saber, aunque hoy sean difíciles de encontrar, y algunos se hayan perdido.

A su muerte en 1932, la Diputación Provincial de Guadalajara consideró oportuno nombrar su Cronista a un médico, sobrino del anterior, natural de Luzón, llamado Francisco Layna Serrano, quien a pesar de seguir ejerciendo su profesión durante el resto de su vida, sacó el tiempo suficiente como para investigar cosas tan cruciales como la “Historia de la Ciudad de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI”, escribir una gran “Historia de Atienza” seguida de otra de Cifuentes, más indagar la historia de todos los castillos medievales de la provincia, de toda su arquitectura románica, y aún de desentrañar la historia, dato a dato, del palacio del Infantado. Cuajado todo ello, no solo de la edición, y reedición, de sus libros, sino de homenajes, títulos y aplausos, a los que sin duda se hizo merecedor don Francisco.

A su muerte, en 1971, la Diputación Provincial consideró que quien esto escribe podía hacerse cargo de la tarea de seguir aumentando los conocimientos históricos, de defender el patrimonio y de difundir a todos los niveles (y más en tiempos modernos con elementos comunicativos más expresivos) los valores y las esencias de la provincia de Guadalajara. En eso estoy todavía.

Una antología de los Cinco Cronistas Provinciales

Tras este preámbulo, vengo hoy a comentar la aparición de un libro que me ha llenado de alegría, al ver cómo un equipo de jóvenes investigadores se ha dedicado a recopilar, con brevedad, y certeza, las vidas y obras de todos y cada uno de estos cronistas provinciales de Guadalajara. Los integrantes del “Equipo Paraninfo” de la Universidad de Alcalá, ha dedicado las primeras 32 páginas de su libro titulado “Cinco Cronistas Provinciales” a la referencia de la vida, y a la anotación de la obra, de cada uno de ellos, por orden cronológico de ocupación del cargo.

Después, el resto de la publicación, mucho más amplio, va dedicado a la publicación, en plan antológico, de cinco piezas literarias/históricas/explicativas de temas relacionados con la provincia, una por cada uno de los cronistas. Creo que esto tiene un valor singular, y de ahí mi aplauso. Relaciono brevemente los temas que se exponen en este libro, todos ellos sacados de viejas publicaciones semiperdidas,

De Juan Catalina García López se rescata “Los sellos medievales de Guadalajara” que apareció en el libro “Biblioteca Patria. Vuelos Arqueológicos” publicado en memoria del cronista, y a su muerte, en 1911.

De Antonio Pareja Serrada, aparece “Leyendas briocenses” publicadas en diversos números de la Revista “El Briocense” entre 1907 y 1910.

De Manuel Serrano Sanz se reproduce el casi inencontrable estudio sobre “Pedro Ruiz de Alcaraz, iluminado alcarreño del siglo XVI” que se publicó en la Revista de Archivos, Bibliotecas  y Museos en 1901.

De Francisco Layna Serrano aparece el también raro estudio en el que descubre los grabados de la Cueva de los Casares y que publica en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones de 1933 bajo el título “El poblado ibérico, el castro y la caverna prehistórica con relieves en la Riba de Saelices”.

En representación de mis escritos (llevo más de 80 libros publicados y varios miles de artículos en estas páginas de “Nueva Alcarria”), los del Equipo Paraninfo han elegido como muy representativo el estudio sobre “La portada de Santiago en Cifuentes”, publicado en la obra “Iconografía románica en Guadalajara” de 2014.

Me es difícil hacer aquí el panegírico de estos personajes, -todos ellos historiadores, escritores, divulgadores y defensores del patrimonio de Guadalajara- por lo que me toca, al estar incluido en su nómina. Pero olvidando mi presencia, de los demás debo decir que han sido, y lo seguirá siendo en siglos futuros, una suerte haberlos tenido de Cronistas Provinciales, porque a través de su dedicación, de sus investigaciones, de sus escritos y publicaciones, hemos podido llegar a entender mejor esta tierra. Y creo que, hacia el futuro, quien viva en ella y no la entienda, ni la conozca en su rica variedad de historia, monumentos y fiestas, no podrá hacer mayor cosa por ella. Solo se ama lo que se conoce (es frase que he repetido hasta la saciedad) y por eso debo dedicar mi aplauso a estos cronistas que me precedieron, por habérmela dado a conocer, y a estos jóvenes del Equipo Paraninfo por haber sacado a la luz pública sus figuras y algo, -vivo y palpitante-, de sus obras.