Santa Librada desvelada

sábado, 7 octubre 2017 0 Por Herrera Casado

Santa Librada en SigüenzaEl pasado día 9 de septiembre, en la sala de “El Torreón” de Sigüenza, tuve ocasión de participar en la presentación de un libro que considero de calidad y altura, por muchos motivos, pero especialmente porque trata de un tema querido para cuantos tenemos algo o mucho que ver con Sigüenza: Santa Librada, su milenaria devoción en la ciudad del alto Henares y los múltiples perfiles que aún arroja en una visión que bien podría calificarse de poliédrica.

En las postrimerías del verano, Sigüenza requiere del uso de un buen chaquetón al aparecer las primeras estrellas sobre las calles empinadas y la Alameda. El pasado 9 de septiembre hacía realmente frío en Sigüenza, lo que no fue impedimento para que la Sala de Actos del Centro Cultural “El Torreón” se presentara abarrotada de público para ser testigo de la presentación de un libro que ha supuesto un enorme trabajo por parte del autor, y que aporta un manantial rumoroso y denso de noticias sobre Santa Librada, la ancestral figura patronímica (o matronímica, según se mire) de la ciudad de Sigüenza, de su diócesis, y de sus gentes todas.

Santa Librada, lo que se esconde detrás”, es el título de este voluminoso libro que firma el investigador Marcos Nieto Jiménez, de quien luego aportaré datos. Una obra considerable, de casi 500 páginas, con muchas imágenes, y un estilo germánico en el que se aportan datos y más datos, que el autor trata de enlazar y poner en relación, aunque reconociendo, desde el principio, y dejándolo muy claro al final, que es tarea realmente dificultosa.

Porque la historia de Santa Librada es entretenida, asombrosa y con diferentes versiones a cual más sorprendente.

En el transcurso de los siglos se ha producido una lenta elaboración, muchas interpretaciones, y diferentes visiones de la historia de este personaje, de tal modo que se han creado legendarias exposiciones de su vida, de su martirio, de sus milagros (pocos), devociones, monumentos, iconografía, etc. en torno a ella. Todo reunido, en este trabajo monumental, muy documentado, con numerosísimas ilustraciones, aunque como digo siguen siendo numerosas las incógnitas abiertas todavía, de tal modo que la búsqueda de la verdad sigue en marcha, pero con unas directrices claramente marcadas por esta obra.

Es tan completo el estudio, y abre tantas vías, que aparte de saber algo más de Santa Librada, el lector termina sabiendo mucho más de cuando empezó sobre mártires, martirologios, y tendencias teológicas, en una larga secuencia de visiones sobre relatos apostólicos, devocionarios, santorales y leyendas populares. “Lo que se esconde detrás” de Santa Librada son varias leyendas, distintos orígenes, los campos de Tras Os Montes en Portugal, la Toscana en Italia y la Occitania en Francia, aunque esta comarca seguntino-medinacelense no es ajena en absoluto a sus andanzas.

Entre los numerosos aportes apasionantes que Nieto ofrece, está la posibilidad de que Santa Librada sea el residuo devocional de una primitiva, y pagana devoción a diosas de las fuentes en el valle de la Varenosa, entre Sigüenza y Pelegrina. También contempla el hecho de que sea una transposición de la figura venerada en Europa de Wilgefortis, la mártir barbuda crucificada, o incluso que fuera en su tiempo, allá por el siglo XIII, un emblema de los Templarios que en sus movimientos militares y religiosos la alzaran como emblema de fortaleza y rigor.

En Sigüenza, desde luego, figura la existencia de su tradición martirial, de sus reliquias ciertas, y de su devoción popular, desde ese mismo siglo XIII, en que pudo ser traida por el primero de los obispos seguntinos, don Rodrigo, procedente del sur de Francia. Ya que existen dos Bulas papales datadas en los años de 1250 y 1253, otorgadas por el Papa Inocencio IV al obispo seguntino Pedro II, la primera en Aviñón y la segunda en Roma.

Además de ello, y al unísono con una devoción a San Sacerdote que se mantuvo varios siglos en Sigüenza y aún hoy se mantiene en buena parte del mediodía francés, la catedral seguntina mantuvo el recuerdo de la santa aunque sin levantarla monumentos hasta comienzos del siglo XVI en que el obispo Fadrique de Portugal decide ocupar el muro septentrional del ala norte del crucero con un gran retablo dedicado a la Santa y a sus ocho hermanas, que figura talladas en hornacinas, a más del gran retablo de Juan de Soreda mostrando la interpretación del martirio de Librada por decapitación, y no por crucifixión como luego la iconografía más proclamada la ha ido poniendo ante nuestros ojos.

Santa Librada, lo que se esconde detrasEn este sentido de mostrarnos todas las imágenes posibles de Santa Librada es donde el libro de Nieto Jiménez alcanza cotas de excepcionalidad. Son docenas y docenas de figuras, de todo tipo, procedentes de toda Europa (algunas de América) que muestran a Santa librada en diferentes formas y aptitudes. Destacan piezas extraordinarias hasta ahora no reconocidas, como las tallas de Astorga, o de San Miguel de Madrid, una portentosa talla del escultor barroco Luis Salvador Carmona…

Es imposible ni siquiera resumir ideas y datos que Marcos Nieto aporta en este estudio modélico y monumental sobre Santa Librada. Solo me queda invitar a mis lectores a que se hagan con él, y lo lean, u lo analicen, y lo mediten, y lo disfruten en sus imágenes, porque es toda una aventura adentrarse en esta obra magnífica.

El arca de Santa Librada

Uno de los elementos patrimoniales más antiguos que dan testimonio de la existencia de la santa y de su culto, es el arca que se construyó para ser depositaria de sus restos corporales. No se sabe donde se construyó el arca: unos dicen que podría ser italiana, pero es muy posible que se realizara en Sigüenza, o al menos en esta ciudad se ha mostrado siempre, sin que conste su llegada desde otro lugar.

La fecha de su construcción, tal como hoy existe, es de los comienzos del siglo XIV. Aunque debió de reformarse sobre una pieza bastante anterior, tal como muestra el estilo de las figuras que la adornan. La época se concreta en el episcopado de don Simón Girón de Cisneros, porque la tapa del arca va cuajada de su emblema heráldico.

Construida en madera, presenta un revestimiento de plata repujada, y está guardada de tal manera que muy pocas personas han logrado verla. Los datos sobre ella los consigue el autor tras el análisis de la reproducción que en yeso se hizo en 1946 del arca original. En ella se muestran las cuatro paredes, dos de ellas largas, en su frente y espalda, y dos cortas en los extremos, más la tapa, que es a dos aguas, y por tanto muestra amplia iconografía, como el resto de los paneles.

El arca primitivamente estuvo colocada en el interior de una urna de piedra caliza tallada y pintada en la parte central y superior del altar de Santa Librada del brazo norte del crucero de la catedral de Sigüenza, mandado levantar por el obispo don Fadrique de Portugal a inicios del siglo XVI. Y en 1946 se decidió hacer un vaciado de sus estructuras originales, plasmándolo sobre yeso en relieve, reproduciendo en este material la totalidad del arca.

El análisis que Nieto Jiménez hace de la iconografía de esta pieza es realmente interesante, porque cuenta, describe, identifica y trata de emparejar unas figuras con otras. De tal modo que entre ellas señala a los apóstoles (las únicas figuras ciertas) Pedro y Pablo, rodeados de mujeres, jóvenes, santas, con o sin nombre, aunque él piensa que alguna de ellas sería Polixena, una figura de la Antigüedad en la que estaría el origen de Santa Librada. Además hay repetidas figuras episcopales, que lógicamente podrían identificarse con don Simón Girón, y sus escudos, más unas anillas en los extremos bajos del arca que aclaran su función, la de ser transportada sobre los hombros de los devotos, en procesiones de reliquias, antaño muy frecuentes.

Arca de Santa Librada

El autor

Marcos Nieto Jiménez (Madrid, 1960) es Licenciado en Biología, aunque nunca ha ejercido esta profesión. Se formó en los nuevos estudios de programación de sistemas, y en ese tema trabajó hasta la crisis de 1992, entrando a continuación, y por oposición, a trabajar en el Consejo Superior de Seguridad Nuclear, donde sigue su actividad, tanto en Madrid como en otros puntos de España. Terminó por levantar una casa en Sigüenza donde había estado la de sus padres.
Desde muy pequeño, y guiado por su padre, se dedicó a investigar en arte y antigüedades. Recorrió castillos y ruinas buscando sus secretos, consistentes básicamente en pequeños fragmentos de cerámica que coleccionaba y catalogaba rudimentariamente; participó como peón en la excavación de la necrópolis de Prados Redondos y tras ello, colaboró estrechamente con Nuria Morere cuando realizó su inventario arqueológico de la región seguntina, aportándola noticias y acompañándola en los reconocimientos del terreno.
Su afición por la investigación histórica y documental se inicia en 1980, en que con un grupo de colaboradores se dedica a inventariar el patrimonio artístico de la comarca seguntina, con el apoyo del Obispado. Colaboró con don Gerardo López, párroco de San Vicente, inventariando los ex-votos de Barbatona, y se sumió entre los venerables documentos del Archivo Histórico Diocesano, encontrando muchos datos que le han ido sirviendo para elaborar los tres libros que hasta ahora ha firmado: “Las sinagogas de Sigüenza” (1998), “Los cuerpos santos de Medinaceli” (2012) y el más reciente y que aquí comento, “Santa Librada. Lo que se seconde detrás” (2017). Un breve pero denso curriculum a considerar.

El libro

Estos son los datos finales bibliográficos que precisan la obra: Marcos Nieto Jiménez: “Santa Librada. Lo que se esconde detrás”. Aache Ediciones de Guadalajara. 2017. 480 páginas. ISBN 978-84-17022-27-3. P.V.P.: 22 €.