Cisneros en Sigüenza

sábado, 1 julio 2017 1 Por Herrera Casado

CisnerosDesde el pasado día 23 de mayo, en que se inauguró, hasta el fin de octubre en que será clausurada, Sigüenza acoge generosa la exposición “Cisneros, de Gonzalo a Francisco”, que se sitúa a caballo entre la catedral, el Museo Diocesano de Arte Antiguo, y algunos rincones emblemáticos de la Ciudad del Doncel. En ella se ven numerosas piezas y ambientes relacionados con el Cardenal Cisneros, el personaje del que ahora se cumplen los cinco siglos exactos de su fallecimiento.

Donde informarse

Tres son los elementos impresos en los que se sustenta esta exposición, y que muy brevemente comentaré. Es el primero un sucinto catálogo/resumen del significado de la exposición: esa transición de nombres que para Ximénez de Cisneros, de familia hidalga de Torrelaguna, le supuso pasar de ser llamado Gonzalo, en el bautismo, a Francisco, cuando entró en religión. Él sería un erudito, un estudioso y un humanista, pero también fue un religioso, un fraile franciscano, un reformador de la sociedad de su tiempo. Y, al final de sus días, y casi a la fuerza, él fue un político, regente –nada menos- de una Castilla que se quedó sin monarca al fallecimiento de doña Isabel, la primera de este nombre en Castilla.

El otro elemento impreso sobre el que apoya esta exposición, es un folleto desplegable en el que se muestran los once ambientes urbanos en que se rememora al cardenal, y los cinco espacios catedralicios en los que se evoca su paso por el templo. Sencillo y didáctico, escrito por Pilar Martínez Taboada, nos sirve de guía para visitar Sigüenza y su catedral en cualquier momento, ilustrado además profusamente.

El tercero de esos elementos, es una joyita bibliográfica que, además, recomiendo a cuantos se dedican a coleccionar libros sobre la provincia, que no se lo pierdan. Se vende en la Exposición, al precio de 1 Euro, pero su valor es enorme, porque es sencillo, y hermoso. Lo ha escrito Jesús Orea Sánchez, y lleva por título “Cisneros. Vida y obra resumidas de un gran cardenal”, con texto por él escrito y con unas páginas finales desarrolladas por Nora Marco Alario para que sirvan de didáctico acompañamiento a la visita de la exposición por parte de los niños.

Este libro expone en 40 páginas la vida de quien fuera el fundador de la Universidad de Alcalá y creador con su equipo de la Biblia Complutense, hombre atento al devenir de los tiempos, y avanzado en sus visiones sociales y cientificas. Pero hombre también muy ligado a la tierra en la que nació (no olvidemos que Torrelaguna, su villa natal, en el siglo XV era perteneciente a la provincia de Guadalajara) y por tanto desarrolló parte de sus actividades en Uceda, en Sigüenza, y en la Salceda de Peñalver/Tendilla, de cuya memoria se extraen en esta exposición numerosas piezas.

Desarrollo de la exposición

Para la exposición que ahora se ha abierto, y a la que invito a mis lectores a que la visiten, se han aportado muchas piezas desde numerosos ámbitos. Está promovida tanto por el Obispado de Sigüenza-Guadalajara, como por la Universidad de Alcalá de Henares y su Instituto de Estudos Cisnerianos, más la Excmª Diputación Provincial de Guadalajara, con la colaboración de su Servicio de Cultura, y el propio Ayuntamiento de Sigüenza. Fruto de esa amplia colaboración es la muestra que se ha inaugurado.

Comisariada por tres personas que saben de qué hablan y que no han escatimado esfuerzos para conseguir un evento redondo y brillante: la profesora María Dolores Cabañas, de la Universidad de Alcalá de Henares; el doctor Plácido Ballesteros, jefe del servicio de Cultura de la Diputación Provincial, y don Miguel Angel Ortega, director del Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza, en donde tiene lugar la Muestra.

En ella, sobresalen varias piezas excelentes, tanto en pintura como en escultura y sobre todo en bibliografía, con presencia de documentos de archivo en los que aparecen firmas y escritos del Cardenal, todos ellos procedentes de la catedral. Pero también está la memoria franciscana del convento de la Salceda, en la Alcarria, con un estupenda reproducción del desierto o jardines eremíticos donde Francisco vivió solitario, o la muestra de trajes de época que en un par de salas del claustro catedralicio se exponen: son muchos de los trajes empleados en el rodaje de la serie televisiva “Isabel”, muy bien expuestos y explicados.

De los tres ámbitos en los que se desarrolla la Exposición sobre Cisneros (Museo, Catedral y Ciudad), es difícil decidir cual de ellos impacta más. En el Museo, hay dos salas y el patio central ocupados en mostrar varias docenas de cosas: ya digo, libros, documentos, pero también cuadros, esculturas… una reproducción completa de la imprenta complutense en la que se forjó la Biblia Políglota, más orfebrería, retratos y mucho ambiente, porque el Museo Diocesano respira siempre solemnidad y certeza.

En la Catedral, son diversos los entornos que han sido señalados para memorar la presencia en ellos del Cardenal cisneros. Desde la capilla de la Anunciación, en la nave del evangelio, en la que lucen espectaculares las yeserías que salieron –sin duda- de las manos de los artesanos que colaboraron en el Colegio de San Ildefonso de Alcalá, hasta el púlpito de la epístola, en el que los escudos de Mendoza y sus títulos cardenalicios nos indican la flecha, o el camino, por el que transitó Cisneros años antes.

La ciudad… para qué entretenerse. Está pidiendo, como siempre, como desde hace siglos, un paseo por ella. Esta vez un paseo explicado, medido y organizado, con señalamiento de recuerdos cisnerianos en 11 puntos seguntinos: en los arcos de la muralla, en la calle del Hospital de San Mateo, en la iglesia de San vicente y su frontera Casa del doncel, en el propio castillo, al que tantas veces subiría don Gonzalo Ximénez.

Arte y Artistas de Guadalajara

Paralelos actuales

Y en este maratón de visita y evocación, un recuerdo que parece surgir de las casualidades de la historia. La exposición, montada con tanto acierto en el Quinto Centenario de Cisneros, se titula “Cisneros: de Gonzalo a Francisco”. Y trata de explicar, entre otras cosas, cómo el cambio de vida y horizontes de un hombre genial se materializa un día en el cambio de su nombre. ¿No le suena al lector esa operación, pero más reciente, en un personaje todavía vivo, y en la cúspide de la Iglesia Católica? Seguro que ya ha caído. “Bergoglio: de Jorge a Francisco”. El actual Pontífice de Roma, nacido argentino como Jorge Bergoglio, ha cambiado su nombre al acceder al trono de la Iglesia.

La trayectoria vital de Gonzalo/Francisco Ximénez de Cisneros también fue espectacular. Y aun con la lentitud propia de una época en que los viajes se hacía a pie o sobre mula y las comunicaciones no iban más allá que los correos reales a caballo, a él le dio tiempo a fraguar una serie de ideas importantes que aún hoy admiramos, y entre ellas no es la menor esa Universidad de Alcalá, que ahora se ha volcado en el recuerdo de este hombre, tan ligado como aquí hemos visto a Sigüenza, y a la Alcarra. Justo es que le recordemos en este año de su quinto centenario.