Los tapices de la Catedral de Sigüenza

viernes, 25 julio 2014 1 Por Herrera Casado

Fragmento de tapiz flamenco del siglo XVII, de la Serie "Palas Atenea" que ahora se recuperan en la catedral seguntina.

En estos días se recuperan, finalmente limpios y restaurados, cuidados para vivir sin problemas otros trescientos continuados años, la primera  serie de dieciséis tapices barrocos que se conservan en la catedral de Sigüenza, hasta ahora poco conocidos y parcialmente estudiados, pero que a partir de ahora van a ser una señal más de su identidad artística y cultural.

Justo en este verano, se recuperan restauradas dos de las colecciones más importantes de tapices que hay en España, y ambas en Guadalajara: la de Pastrana y la de Sigüenza. Es para estar contentos, y sobre todo para ir a verlos de nuevo…

En la catedral de Sigüenza, aparte de otras mil joyas del arte, que de una manera u otra hemos ido viendo, están colgados de sus muros, desde hace 350 años, un bloque de paños o tapices barrocos a los que hasta ahora apenas se les había tenido en consideración, y ello por varias causas: una la de que eran muestras de temática pagana, con temas mitológicos y aspectos guerreros. Otra, que estaban cada vez más viejos, con sus colores apagados de puro sucios, y mal traídos y llevados en cada una de las agresiones o restauraciones que el templo ha ido sufriendo.

Así, tras años de progresiva decadencia, ha tenido que ser un grupo de entusiastas seguntinos, y más concretamente los que Antonio Manada y Gloria de las Heras encabezan con su Fundación “Ciudad de Sigüenza”, y su proyecto “Sigüenza Universo Greco” los que se hayan movido sin parar en la tarea de conseguir su limpieza y rescate, su definitiva inserción en el conjunto de obras artísticas que componen el museo vivo catedralicio. El próximo lune se va a inaugurar la exposición que los muestra, y quedamos a la espera de que, en lo que resta de año, todos ellos en su conjunto, museificado y vivo, queden para la admiración de seguntinos y viajeros.

Los tapices barrocos de la Catedral de Sigüenza

Dos estudios han recibido, hasta ahora, los tapices barrocos de la catedral de Sigüenza. Uno, el primero, el que de ellos hizo Margarita García Calvo en la Revista “Goya” el año 2004.Y el segundo el de Victoria Ramírez Ruiz, en la segunda parte del libro “Tapices y textiles de Castilla-La Mancha”
editado por Aache en 2007. Una colección doble, pues se trata de dieciséis paños, enormes y vistosos, que completan dos series, una dedicada a la “Historia de Rómulo y Remo” y otra a las “Alegorías de Palas Atenea”, que vienen a representar, ambas, en un sentido globalizador, las virtudes cívicas que la mitología atribuyó a ambos personajes, uno inventado y el otro quizás histórico.

Durante años, esta serie de tapices se mantuvo dispersa colgando de los muros de naves y estancias interiores de la catedral seguntina, como la Sacristía de las Cabezas, la antigua Librería del Cabildo y la Sala Capitular de verano.

Estos tapices fueron donación hecha por don Andrés Bravo de Salamanca, obispo que fue de la diócesis entre los años 1662 a 1668, año en el que tras fallecer fue enterrado en la capilla del Santo Cristo del trascoro, con su escudo de armas sobre su sepulcro y en el retablo que mandó construir. Hombre del pleno barroco, viajero y estudioso, admirador de los clásicos, había cursado sus primeros estudios universitarios teológicos en Sigüenza, pasando luego a Salamanca a completar su formación, y alcanzando pronto la mitra de Cartagena y Murcia, desde donde manifiesta su voluntad, por el gran cariño que tenia a la ciudad, de ser enterrado en Sigüenza. Para llevar a cabo su deseo, escribe en 1661 al arcediano de Almazán, Andrés de Manrique manifestando que “por el gran afecto que tenia a esta iglesia deseaba enterrarse en ella y que deseaba saber en que parte de la capilla mayor le darían entierro y cuanto había de dar de limosna a la fabrica”.  Lo curioso es que al año siguiente, en 1662, sería nombrado obispo de esta diócesis, y suponemos que eso le llenó de satisfacción y ya solo quiso, viéndose mayor y cercana la muerte, hacer una gran donación del mejor arte del momento a su catedral querida.

Se sabe que en 1664, cuando don Andrés Bravo ya llevaba dos años de obispo en la Ciudad Mitrada, en los últimos días del mes de Noviembre sorprendió a todos mandando colgar una gran colección de tapices que había adquirido y regalaba a la catedral, al cabildo, y a la ciudad de Sigüenza. Según nos refiere Pérez Villamil en su libro sobre la historia del edificio catedralicio, las Actas Capitulares de diciembre de 1664 dicen ”como su ilustrísima el señor obispo, nuestro prelado, ha sido servido de dar a la iglesia una colgadura de diez y seis paños y que había amanecido colgada el día de San Andrés”. Estos paños no eran, sin embargo, los   que ahora admiramos, sino una serie de “boscajes” y de paños con adornos florales, muy del estilo de Audenarde, pero que alegraban los severos muros y servía para mitigar el duro frío de las estancias.

El deseo del Obispo era regalar la gran serie doble de 16 paños que había encargado hacer en Flandes y que por fin se acabaron en 1668, llegando a Sigüenza en torno a la fecha de su muerte. En su testamento lo especificó claramente, y en una nota del Inventario de Tesorería de 1824 vuelve a quedar señalada claramente la cuestión del regalo y llegada de estos paños a Sigüenza, pues se dice en ella que el Obispo Bravo de Salamanca donó “una colgadura de tapicería de Flandes que se comprara de 16 paños, los 8 de la Historia de Rómulo y Remo y los otros 8 de el Triunfo de las armas y las letras con el coro de las nueve musas, todas las colgaduras tienen figuras grandes y se pone en invierno en la Capilla Mayor, la regaló a esta Santa Iglesia el Ilustrisimo A. Brabo”.

Temas contenidos en los tapices

Unas cuantas líneas debe dedicarse a la descripción de los temas de estos tapices. Para saber de qué van. Muchas series que han salido de las imparables fábricas y telares flamencos llevan completas historias mitológicas, y otras relatos históricos, entre estas últimas quizás las más conocidas y espléndidas sean las de la Historia de la conquista de Africa por los portugueses, conservada en la Colegiata de Pastrana, y la de los Triunfos del Emperador Carlos, admiradas en los salones del palacio de La Granja. Aparte de otras espléndidas en el Museo Estatal de Arte de Bélgica.

En Sigüenza, la colección de tapices nos muestra una primera serie denominada como la “Historia de Rómulo y Remo”, y que nos muestra primeramente a Fáustulo, pastor de ovejas, encuentra a una loba amamantando a Rómulo y Remo, seguido de Fáustulo, pastor de ovejas,entrega los niños a su mujer para que los alimente y Faústulo presenta al rey a Rómulo y Remo para que los reconozca desde la cuna. Son los siguientes Una vez erigida Roma, Rómulo es coronado rey y Rómulo presenta un proyecto de leyes a Hércules. Y termina la serie con Los romanos raptan a las mujeres sabinas, Las mujeres sabinas reconcilian entre sí a los romanos y sus padres y Rómulo da muerte al rey Tacto y el sabino es exterminado.

La segunda serie de tapices está dedicada a las Alegorías de Palas Atenea. Comienza con Marte huye, Júpiter se alegra por el final de la guerra obtenido por Palas y la Paz, continuando con La recompensa de las armas, El triunfo y la gloria de Palas y la Paz y Los cobardes y perezosos son puestos en fuga por Palas. Después continúa con Palas y la Paz conducen a los esforzados al templo del Honor, La gloria de las musas estimuladas por la Paz, Los sacrificios divinos son restaurados por Palas y la Paz y Palas triunfante acompañada de las musas por el triunfo de las armas.

Descripción de los Tapices 

La serie de tapices que se va a exponer en estos días en la Catedral, ya limpios y consolidados, es la de la “Alegoría de Palas Atenea”. Se considera como fuente literaria principal del conjunto la “Iconología” de Césare Ripa, a excepción del paño “La gloria de las musas estimuladas por la paz”, que se conservó muchos años en la Sacristía de las Cabezas, que tiene su referencia principal en los relatos de  las “Metamorfosis” de Ovidio.

Ofrecen todos estos paños la  representación de las virtudes que la mitología atribuye a la diosa Palas, y que siempre se han considerado como lecciones de ejemplaridad cívica. Cada uno de los personajes es representado con sus clásicos atributos, lo que permite su fácil identificación. Quedan señalados más arriba sus títulos, y junto a estas líneas vemos algunas imágenes de los mismos.

Queda para una posterior actuación de limpieza, aun manteniéndose muy bien conservados, los ocho tapices de la “Historia de Rómulo y Remo”, esta inspirada en episodios de  la “Historia de Roma desde su fundación” de Tito Livio. Relata los primeros años de la fundación de Roma, hasta la lucha con los sabinos. Y sus títulos, que ya hemos reseñado anteriormente, hacen alusión a escenas de esa historia fabulosa relatada por el padre de los historiadores.

Autoría de los tapices

La clave de la autoría, muy nítida en estas series de paños seguntinos, está en las marcas que aparecen en la parte baja de los mismos, junto a sus cenefas inferiores. En las dos series aparecen cuatro cenefas diferentes, aunque del mismo estilo y con motivos muy similares: escudos, espadas, armaduras, flores y frutos. La bordura superior siempre aparece centrada por una cartela, en la que puede leerse una inscripción en latín que muy brevemente describe la escena representada y que por ello hace en este caso muy fácil su identificación. Todos los tapices llevan en su orillo inferior la pareja de letras BB (que significan Brabante-Bruselas) con un escudete en medio que identifca claramente la marca de la ciudad en la que han sido realizados, más los monogramas de los dos talleres en que se hicieron, famosísimos y prestigiosos en aquella época, segunda mitad del siglo XVII: son en concreto los de Ian le Clerc  y D. Egegermans.

Estos dos tapiceros pertenecieron a las más clásicas sagas de tapiceros de Bruselas, que llenaron la Europa barroca con sus producciones. Lo que todavía queda oculto es el nombre del artista que pintó los cartones que servirían de base a los tapices. La profesora García Calvo aventura un nombre, el de Charles Poerson, flamenco que vivió entre 1609 y 1667, o alguno de sus ayudantes y seguidores, todos ellos adscritos a un estilo barroco y sencillo a un tiempo, muy descriptivo y sin complicaciones técnicas, más pendientes de que la escena, las actitudes y los decorados sean perfectamente inteligibles, ajenos a novedades estilísticas.

La Exposición

Los próximos días 29 y 30 de julio se podrá disfrutar de dos «Jornadas de Puertas Abiertas» en la catedral de Sigüenza, para visitar la exposición de «La Anunciación» de El Greco, propiedad del Cabildo seguntino, en su nueva ubicación, la Capilla de la Concepción del claustro catedralicio. Y para poder admirar los ocho tapices flamencos de la serie «Alegorías de Palas Atenea», en la gran sala contigua, convertida en Museo de los Tapices de la catedral. Estos ocho tapices han sido restaurados en los últimos meses en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, bajo la supervisión del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).

Con esta dos exposiciones, organizadas por Sigüenza Universo Greco, entidad de la que forman parte el Cabildo y Ayuntamiento de Sigüenza, la Diputación Provincial de Guadalajara, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Fundación Ciudad de Sigüenza y la Fundación Martínez Gómez-Gordo, Sigüenza y su catedral se unen de manera singular a las celebraciones del IV Centenario del fallecimiento del genial pintor.