Tres nuevos monumentos en estudio

domingo, 25 marzo 2012 0 Por Herrera Casado

Los judíos de Mondéjar, en la cripta de la ermita de San Sebastián

En estos días se ha anunciado, por parte de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno regional, que se han iniciado los trámites para la declaración con categoría de BIC (Bien de Interés Cultural) de tres edificios de nuestra provincia. Esto significa que van a ser estudiados un poco más en profundidad, que van a ser valorados en las necesidades de mantenimiento y conservación que requieren, y que se van a poner los medios para evitar su deterioro y/o hundimiento. A ninguno de ellos les amenazaba esta circunstancia, aunque a uno de ellos, sí, quizás,el peligro de ser golosina de cara a una ya periclitada ansia constructiva del centro de la ciudad.

En esto de los monumentos nacionales, BIC regionales, edificios catalogados, etc, hay una cierta confusión que emana de la inconsistencia de los conocimientos que sobre arte, patrimonio y cultura tienen los responsables políticos que, sucesivamente, “nos hemos ido dando”.

Por poner tan sólo un par de ejemplos, ya en 1923 recibió la declaración de Monumento Nacional el conjunto ruinoso del que fuera convento de San Antonio en Mondéjar, una de las joyas del Renacimiento español. Noventa años después, aquello sigue siendo un estercolero. Para lo único que sirvió aquella declaración fue para que no lo tiraran, pero cualquiera que viaje allí (vamos a suponer desde el extranjero, porque desde España ya nadie pierde el tiempo en estas cosas) se sorprenderá de ver cómo puede mantenerse tan degradado un conjunto monumental que, teóricamente, es una de las joyas del arte español de todos los tiempos.

O por poner otro ejemplo: sin declaración alguna, la que fuera Fábrica de motores “Hispano Suiza” en término de la capital, junto a las vías del ferrocarril, y “al otro lado” del río Henares, presenta hoy, también noventa y cinco años después de su construcción, un aspecto calamitoso, ruinoso y degradado al máximo. Mientras,  ha habido quien se ha preocupado por salvar “el edificio del boquerón” como algunos llamaban a lo que fue palacio de los vizcondes de Palazuelos, en la plazuela de San Esteban. Edificio degradado y deteriorado desde hace mucho tiempo ya, sin apenas interés monumental.

Pero al menos en este momento, alguien ha decidido poner en valor, con su declaración como BIC, a tres edificios más de los miles que nuestra provincia tiene desde hace siglos, y que deberían ser, todos sin excepción, valorados y conservados. Para los que aún se interesan por estas cosas, doy un breve recuerdo de estos conjuntos arquitectónicos.

La iglesia de Bujarrabal

La iglesia parroquial, dedicada ala Virgen María, es cons­trucción magnífica del renacimiento seguntino. Levantada en la primera mitad del siglo XVI, luce un atrio porticado al sur, en el que se abre sencilla portada de molduras y líneas clási­cas. Torre y ábside reforzado por contrafuertes. El interior es de una sola nave, cubierta de bóvedas nervadas, muy bien tra­zadas, y coro alto a los pies.

Sobre el muro del fondo destaca el magnífico altar mayor, obra de talla y pintura, realizado en los talleres de Sigüenza mediado el siglo XVI. Es sin duda lo mejor del edificio. Este grandioso retablo, de estilo plenamente renacentista, consta de cuatro cuerpos, cada uno de ellos dividido en cinco calles. La central está ocupada por obras de talla policromada, y las laterales presentan pinturas sobre tabla, haciendo un total de dieciséis. En la calle central vemos, de arriba abajo, las siguientes tallas: en hornacina cuadrangular, el arcángel San Miguel aplasta a su eterno rival, el diablo. Debajo apa­rece, escoltado por columnas adosadas, y rematado por friso plateresco, un Calvario de floja ejecución, con un fondo de pintura en que aparece la clásica ciudad, el sol yla luna. Másabajo aún, centrando todo el retablo, hay una admirable talla dela Virgen María, sedente, con un Niño desnudo entre los brazos. Escoltan a María sendas tallas de San Lorenzo y San Sebastián. El resto del retablo está formado por las pinturas, separadas entre sí por columnillas exentas, de fuste prolija­mente decorado a base de ingenuos grutescos. Sencillos frisos y cornisas separan un cuerpo de otro. En el cuerpo inferior, o predela, aparecen los cuatro evangelistas. En el segundo cuerpo, escenas de la infancia de Cristo: la Anunciación, la Natividad, la Circuncisión yla Epifanía. Enel tercero, otras de la Pasión: el Beso de Judas, la Coronación de Espinas, la Flagelación y la Presentación ante el pueblo judío. En el cuarto y último cuerpo, a ambos lados del Calvario, se ven la caída de Jesús con la cruz a cuestas, y el Enterramiento. Pos­teriormente se añadieron a sus lados dos malas pinturas de Cristo y la Virgen.

Este magnífico retablo engarza estilística­mente con varios otros conservados en la comarca seguntina (Pelegrina, Santamera, Caltójar) salidos todos de los talleres de ensambladores, tallistas y pintores de Sigüenza en la mitad del siglo XVI.

La ermita de San Sebastián en Mondéjar

La ermita de San Sebastián se sitúa sobre un otero desde el que se divisa el pueblo todo, la teoría ondulante de sus tejados presididos por el recto grito de la torre parroquial. Sabemos que esta ermita fue construida a principios del siglo XVI, sufragada por el primer marqués de Mondéjar, don Iñigo López de Mendoza. Posteriormente ha ido sufriendo reformas y ampliaciones, y por supuesto lo que hoy se contempla en ella es obra de centurias más recientes.

Como templo apenas reúne otro interés que el meramente devocional. Aparte de lo bonito de su situación, en una comarca que carece de paisajes llamativos, lo interesante del templo se encuentra bajo tierra, en la amplia cripta que posee, semisubterránea, en la cabecera del templo, indudablemente construida cuando en el siglo XVI se levantó el edificio por vez primera.

Ya constaba en 1580 la existencia de los «Pasos» numerosos que representan la Pasión de Cristo, y que popularmente se han venido denominando los Judíos, y que hoy constituyen una de las principales atracciones de Mondéjar. En 1719 precisaron de una reforma meticulosa, por su deterioro, y fue encargado de ella el fraile jerónimo de Lupiana fray Francisco de San Pedro, costeando el arreglo don Alonso López Soldado. Siglos después, enla Guerra Civil española de 1936‑39, volvieron a sufrir importantes daños, pero a partir del verano de 1973, gracias a la generosa aportación económica de todos los vecinos, con la colaboración de la Cofradía del San Cristo, fueron totalmente restaurados, y en torno a ellos montado un espectáculo de luz y sonido que capta la atención, y la emoción, del visitante.

Precisamente en estas próximas fechas dela Semana Santa, la cripta de San Sebastián de Mondéjar es un objetivo de viaje y admiración.

Consta el conjunto de los Judíos de Mondéjar de diversos pasos o escenas de la Pasión de Cristo (el Lavatorio de Pies,la Ultima Cena, la Oración del Huerto, el Camino del Calvario, la Crucifixión, el Sepulcro, la Resurrección, etc) así como una interpretación dela Virgen Maríarecostada. Todo ello está construido con yeso, a un tamaño algo mayor del natural, pintado con vivos colores que prestan al conjunto un aspecto sorprendente, inusual e inolvidable.

Por concretar aquí algo de su historia, cabe decir que fue el segundo Conde de Tendilla y primer marqués de Mondejar, don Iñigo López de Mendoza, quien mandó construir la ermita según consta en sus dos testamentos: el de Estremera, de 5 de mayo de 1489 (Colección Salazar dela Real Academiade la Historia) y el de Granada de 18 de Julio de 1515 (Sección de Casa de Osuna del Archivo Histórico Nacional). Entre uno y otro testamentos median 26 años, en los cuales se constata que fue levantándose la ermita, muy lentamente.

No se sabe con certeza el origen del nombre de judíos por el que se conocen estos pasos. Una teoría es la de su origen medieval, teniendo en cuenta que existió judería en Mondéjar; otra sería su procedencia católica, pues son escenas referentes a la historia de Jesucristo desarrollada en Judea.

En cuanto a su datación, ya se habla de ellos en las Relaciones de Felipe II de 1581: «muchas hermitas en los términos de la dicha villa… una la de San Sebastián, de obra curiosa y de especial devoción por las capillas subterráneas, en donde se admiran y veneran los pasos de la Pasión de Nuestro Redentor, que están muy contemplativas». Gracias a estas frases, puede datarse la construcción de este conjunto en la primera mitad del siglo XVI.

En 1719, fray Francisco de San Pedro, fraile jerónimo del monasterio de Lupiana, realizó mejoras en las imágenes de los judíos, siendo costeados los gastos de dicho trabajo por D. Alonso López Soldado, un acaudalado vecino de Mondéjar.

Durante la Guerra Civilespañola (1936‑39) las imágenes de los Judíos fueron prácticamente destruidas, quedando en abandono largos decenios, hasta que en 1973, y por iniciativa de la Hermandad del Santo Cristo del Calvario, fueron restauradas tal y como las vemos actualmente por D. Santiago Lara Molina, director técnico del taller de escultura religiosa Nª Sª de la Asunción en Socuéllamos (Ciudad Real), quién se comprometió a arreglar las 52 figuras y el pavimento por un importe de 350.000 pts, así como la verja de madera a razón de 3.000 pts/m2. El arreglo de la pared y techo corrió a cargo dela Hermandad. Este dinero se recaudó a través de las aportaciones realizadas por los vecinos de Mondéjar.

Tras la realización de los trabajos, el costo subió superando el millón de pesetas. Para hacer frente a estos nuevos gastos se recurrió a empresas como CIFESA (cinematográfica) que prestó la película «Ben‑Hur» para su exhibición; a novilladas; tómbolas; así como alguna pequeña aportación dela Diputación Provincialy del Obispado de Sigüenza. Entre las mejoras realizadas se incluyó la instalación de luz eléctrica en todo el recorrido de los grupos escultóricos, y un equipo de sonido.

Merece la pena recorrer con tranquilidad los doce pasos o escenas de que consta el conjunto de los Judíos de Mondéjar. Tras penetrar en la cripta por la parte lateral de su retablo mayor, unas flechas y cordones van conduciendo al visitante por los diversos espacios de que consta el conjunto. El total de los doce pasos comprende 75 imágenes, y los temas que nos muestran, vívidos y coloreados, son estos: 1. Huida a Egipto. 2. El Lavatorio. 3. La Santa Cena.4. La Oración en el Huerto. 5. Jesús ante Pilatos y la flagelación. 6. Camino del Calvario. 7. El Gólgota. 8. La Capilla del Calvario. 9. La Soledad, situada en una hornacina. Esta imagen, aunque de factura burda, transmite expresión de dolor en su rostro y súplica en sus manos por la pérdida del hijo. En unas pequeñas cavidades situadas a ambos lados de la imagen aparecen restos de calaveras y la siguiente inscripción: «Cual me ves, te verás», realizada por Andrés García en el siglo pasado.10. La Resurrección de Jesucristo. 11. El Velatorio de Jesús (El Santo Sepulcro). Y 12. La Dormición de la Virgen, con la figura de la María recostada con un libro en las manos («en similar actitud al Doncel de Sigüenza»), de factura bastante burda, como aplastada. Todo ello único y espectacular. Una joya de la devoción popular que bien merece esta declaración y este cuidado.

El palacio de los vizcondes de Jorbalán en Guadalajara

Conocido también como “los Maristas”, porque en este edificio han tenido su sede, durante los últimos cincuenta años, los Hermanos Maristas en su calidad de enseñantes. Construido en el siglo XVIII por los vizcondes de Jorbalán, el Palacio fue remodelado en torno a 1887 bajo la dirección técnica del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, añadiendo entonces al cuerpo del palacio el oratorio de San Sebastián, dotado de un hermoso campanario y una portada de líneas renacentistas en cuyo tímpano aparece el martirio del santo titular, en composición escultórica debida a Angel García Díez. La decisión de su remodelación y conversión en un palacio lujoso y romántico fue de doña María Diega Desmaissières y Sevillano, condesa de la Vega del Pozo, autora del conocido “Panteón” y conjunto de las Adoratrices. Fue este edificio el primero que tuvo corriente eléctrica en Guadalajara, y gracias a ella el primer ascensor privado. La declaración llega un poco tarde, pues a lo largo de estos últimos años el edificio se ha degradado y su complejo entorno ha sido desprovisto de algunos elementos esenciales como lo fue su jardín romántico, que los maristas destruyeron para dedicar su espacio a pistas deportivas. Pero al menos servirá para que no sea derribado o alterado aún más en su estructura original.