Guadalajara, cruce de caminos

viernes, 28 junio 2002 0 Por Herrera Casado

Una vez cada dos años, se me vienen a la cabeza estas palabras: Guadalajara, caminos, caminería, encuentros… porque una vez cada dos años, desde hace una docena de ellos, se están celebrando sin interrupción los Congresos Internacionales de Caminería Hispánica, cuyo director, el profesor don Manuel Criado de Val, ha sido y sigue siendo el alma promotora de esta idea que es humanística en su arranque y bastante complicada y técnica en su desarrollo. En un principio, y gracias al apoyo de la Diputación Provincial de Guadalajara, nuestra provincia fue sede de estos Congresos. Pero con los años la idea ha tomado unos vuelos realmente internacionales, muy amplios, y los congresos se han ido extendiendo por Europa y el mundo. Uno se celebró en Michoacán (México), otro en Valencia, y el de este año se ha desarrollado entre l’Aquila (Italia) y Madrid, donde hoy mismo se clausura.

El desarrollo del VI Congreso Internacional de Caminería Hispánica (primero del milenio) comenzó el día 16 en un pequeño pueblecito de los Abruzzos italianos, en Santo Stefano di Sassania, donde se realizó el hermanamiento con Hita. Ya dí cuenta de este hecho en su momento. Luego, en la hermosa ciudad medieval de l’Aquila, plenamente universitaria, se desarrolló la parte italiana del Congreso, en el que ha sido figura destacada el profesor Giuseppe de Gennaro, profesor de literatura, y don Manuel Criado de Val, que una vez más ha visto cómo se estrenaba, en aquel marco incomparable del “Castillo Español”, una obra suya, las “Danzas del Amor Impervio”, con su texto, la música de Cristóbal Halffter y las dirección coreográfica de Aurora Zerdán dirigiendo al Ballet Clásico de Madrid. Afortunadamente, esa sesión se repetirá entre nosotros el próximo sábado 6 de julio, en la noche de Hita, en el colofón de su Festival Medieval.

Guadalajara en el cruce de los caminos europeos

Aunque los temas que se tocan en estos congresos internacionales son muy diversos, y el espectro geográfico tratado es tan amplio como el mundo hispánico en general, Guadalajara siempre aparece como protagonista en algunas comunicaciones o estudios. En esta ocasión es nuestro compañero de página, José Serrano Belinchón, quien ha participado en la sesiones exponiendo su trabajo sobre ciudades romanas en la provincia de Cuenca. Pero en años anteriores él mismo escribió sobre “Los Caminos en la Sierra de la Arquitectura Negra”, Pedro Lahorascala sobre “Los Caminos de Sopetrán”, López de los Mozos sobre “Cruces de Caminos en Maranchón”, Estrella Busto Ogden sobre “La Ruta del Tajo en El Río que nos lleva”, Carol Wasserman con su “Estudio de los Viajes a la Alcarria de Camilo José Cela”, Manuel Criado de Val con su análisis del valle del Henares en el Itinerario caminero de Hernando Colón, Aurelio García López con los elementos camineros en torno al mercado de Pastrana, y yo mismo con algunos estudios sobre “El estado Itinerante de don Juan Manuel” o “Los caminos del románico en Guadalajara”.

Muchos otros trabajos sobre Guadalajara se han presentado a este congreso, de la mano de autores de nuestra tierra o foráneos. Memorable sin duda fue el que en el tomo tercero del Segundo Congreso presentó el profesor Montero Padilla bajo el título “Guadalajara como clave geográfica de la literatura”, y otros hablaron del Arcipreste de Hita, del marqués de Santillana, de Camilo José Cela, del Quijote, de Cristóbal Colón, del Camino de Santiago…. un total de 509 trabajos hasta ahora ofrendados a esta rama del saber, y que, por cierto, acaban de aparecer reunidos en un CD-Rom que fue presentado el pasado miércoles, en el salón de actos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de Madrid, al tiempo de la presentación de las Actas del Quinto Congreso que se celebró hace dos años en Valencia. En ese CD-Rom se ofrecen, comprimidos como solo la técnica digital consigue hacerlo, todos los artículos y ponencias, y superan los 500 que ocuparon 11 tomos de papel impreso, de estos cinco Congresos anteriores. Una parcela del saber humanístico hispano, que ha sido entendido quizás mejor en otros ámbitos que en el nuestro.

Concretamente al sexto Congreso que hoy se clausura en Madrid, han asistido varios centenares de investigadores de todo el mundo: desde Rusia a Tahití, desde Italia a Argentina. Los temas claves han continuado siendo el examen de las calzadas romanas y medievales, los puentes, la comunicación marítima y fluvial en el mundo, la cartografía y las vías de conducción del ganado y los ejércitos (la Mesta, los Caminos Reales…) las rutas marítimas entre España y América, entre Acapulco y Manila, etc. Se ha ido añadiendo poco a poco todo lo relacionado con el aspecto turístico de los caminos, paradores, medio ambiente, y finalmente este año ha tenido un protagonismo especial “la caminería romana”, proponiendo al Consejo de Europa que sea declarado Patrimonio de la Humanidad el conjunto viario romano hasta ahora conocido, y el que quede por conocer, en un contexto de unidad y recuperación de una memoria histórica que habla por sí mismo de la unión europea a la que ahora se trata de dar realidad.

Hita en el centro de los caminos

No es exagerado decir que la Alcarria, que el Henares, que Hita sobre todo, han sido durante siglos los ejes de la Caminería en España. Así se ha reconocido en este y en anteriores Congresos. De ahí ese empeño que el profesor Manuel Criado de Val ha tenido siempre por centrar en nuestra provincia esta dinámica cultural que se expande luego a gran parte del mundo hispánico y europeo. Por Hita pasaron las legiones romanas, los árabes en su expansión norteña, las razzias del Cid y Alvar Fáñez, el núcleo de poder de los Mendoza, la esencia de la cultura escrita castellana, y tantas y tantas cosas que han ido dando consistencia a nuestro ser histórico, a esta España que hoy nos acoge y a la que poco a poco, entre unas y otras maniobras de despiste, parecen empeñados algunos en hacer desaparecer.

Podría seguir hablando de caminos, de aquellos que siguieron los celtas en su entrada mesetaria, hace miles de años, o los que ha ido creando (a la par que rompiendo otros más débiles) el trazado del tren de Alta Velocidad Española, que ha vuelto a erigir en Guadalajara un monumento a la Caminería Hispánica. Pero esta vez con el dolor de partirla en dos, al menos para los caminantes. En cualquier caso, es esta una expresión de cómo los caminos son la respiración de la historia, y sus trazados, sus apariciones, sus olvidos, son la esencia de un latido, de un empuje, o de un mal sueño.

En estas líneas he querido solamente dar noticia de este importante acontecimiento cultural que se ha desarrollado, a lo largo de dos semanas, entre Italia y España: el sexto Congreso de Caminería Hispánica, y cómo un hombre que lleva a Guadalajara siempre en su corazón (Criado del Val, el profesor) ha vuelto a ser su esencial motor, por lo que no me resisto a enviarle mi aplauso, mi enhorabuena, y mi admiración rendida: porque el trabajo hay que reconocerlo siempre allá donde esté, aunque el trabajador en este caso no tenga ningún sindicato detrás que le apoye.