El Turismo en la EXPO Guadalajara

viernes, 14 junio 2002 0 Por Herrera Casado

Del trío de actividades que la IV Expo Guadalajara ofrece (Comercio, Industria y Turismo) es quizás esta última la que menos se ha cuidado con vistas a la posibilidad de que la ciudad se desarrolle de cara al nuevo siglo que comienza. No es que esté abandonada, que no: porque el actual Ayuntamiento sobre todo, con un concejal como es Jesús Orea que está en todo, y no descansa un solo día, se ha volcado en mejoras a este respecto. Lo que ocurre es que luego no es secundado en otros aspectos que desde la vertiente privada, o de la Administración Regional, debiera ser apoyado.

Guadalajara ciudad tiene un aceptable porvenir turístico. Sobre todo, en la vertiente del turismo de Reuniones, Congresos, Convenciones, pues su distancia mínima a Madrid, su AVE en perspectiva, su autopista de peaje,  y ser cabeza septentrional del Corredor del Henares, la hacen obligadamente motor de un turismo de este tipo. Además es la puerta natural, desde Madrid, de una provincia plena de atractivos y posibilidades.

Guadalajara ciudad es la vieja Arriaca de romanos, la Wad-al-Hayara de árabes, la Guadalfajara renacentista de los Mendoza, el lugar donde se centran, a lo largo de veinte siglos, anécdotas, batallas, proclamaciones y glorias. De ello ha resultado una historia que puede contarse, sin aburrirse nadie, durante horas, Y un patrimonio que, si bien esquilmado a lo largo de los últimos siglos, ha llegado con todavía algunas piezas de gran valor, entre las que destacan el palacio del Infantado, una joya auténtica de la arquitectura medieval , la capilla de Luis de Lucena, espléndido ejemplar de arquitectura mudéjar con pinturas renacentistas, y  la iglesia de Santiago, otro espectacular muestrario del modo mudéjar de construir, que en la Edad Media fue mayoritario y tuvo preciosos elementos, ya desaparecidos de la realidad y aún de la memoria.

Porque este es el otro aspecto que debe cuidarse de cara a un Turismo que quiere crecer: estimular la memoria de cuanto hubo, compararlo con lo que hay, poner en valor lo que se ve, dar explicaciones, en suma. El Ayuntamiento tiene a su servicio ( y free lance, como aquel que dice) un par de guías de Turismo, que enseñan la ciudad y sus curiosidades a grupos que previamente lo han concertado con el Municipio. La Junta y Ayuntamiento tienen instalada su Oficina de Turismo (por fin, tras tantos años, tantos decenios, de pedirlo) en la Plaza de los Caídos, frente al palacio del Infantado. Y entre lo bien dotada que está, y la simpatía y profesionalidad de quienes la atienden, es uno de los auténticos motores del Turismo en Guadalajara. Falta quizás una cosa, y e sla promoción de nuestra capital, y aún de nuestra provincia, fuera de nuestras fronteras.

Porque está muy bien la presencia en Ferias, pero estas duran un fin de semana al año. La presencia de Guadalajara como destino turístico debe ser estimulada todo el año, y no sería baladí la creación de un puesto de trabajo en el Municipio, en la Diputación, en la Junta, que supusiera la obligación de promocionar, día a día, nuestra ciudad y nuestra provincia en espacios de decisión turística, en otras regiones, en otros países incluso. Son ideas.

El Turismo en la Feria

Esta EXPO Guadalajara que ya tenemos en las manos, ante los ojos, nos ofrece algunas de las capacidades turísticas de nuestra tierra. La hemos visitado y aparecen las ofertas de los hoteleros, que sirven para alojar a los visitantes. Hay una oferta realmente digna y amplia de plazas hoteleras. Más de un millar, con algunas instalaciones cono el AC Hotel, el TRYP y el España, que además del PAX y otros menores posibilitan un alojamiento digno y sobre todo, dan pie a esas “Reuniones, Congresos, Convenciones….” que podrán tener ocupados estos lugares todos los días de la Semana. Los pueblos de nuestra Baja Alcarria, y otras asociaciones de hosteleros y Casas Rurales han puesto su voz en esta Feria. Es la vertiente del alojamiento, del mantel y la cama, sin los cuales no se puede ir a ninguna parte.

Otra vertiente del turismo que se ofrece es la de Diputación y Ayuntamientos. Ellos, desde una perspectiva institucional, tratan de dar a conocer las riquezas que a los ojos y los sentidos ofrece nuestra tierra. Planos, guías, callejeros, postales, y algún souvenir que otro para captar memorias, despertar voluntades. Decir, en definitiva, que Guadalajara, que Sigüenza, que Molina y Cifuentes existen. Que hay muchas cosas que ver en ellas, y que están pidiendo a gritos un viaje, una visita detallada, un vuelo de fin de semana, cámara fotográfica incluida.

Desde ningún organismo se ha promocionado el tercer pilar, fundamental este, de la promoción turística: el libro y la lectura. Las guías de turismo, los libros monográficos sobre monumentos, pueblos, fiestas, naturaleza, son pieza fundamental para cuantos planean un viaje, una ronda turística por un país, por una provincia, por una zona cualquiera. En la Feria este sector está representado por la iniciativa privada, y más concretamente, y en solitario, por la Editorial AACHE que ofrece, desde hace ya una docena de años, libros y más libros donde se muestran todas las posibilidades del turismo, del viaje, del saber a qué se va, qué nos espera, como podemos priorizar visitas y estancias. En el haber de AACHE, que también es un clásico de estas Ferias del Comercio, la Industria y el Turismo, hay ya casi doscientos títulos de libros que tratan sobre pueblos, sobre tierras, sobre paisajes y personajes. Un sector que no podemos perdernos de mirar.

Tierra sin fin, cuajada de sorpresas

La tierra de Guadalajara  tiene una singlar e inacabable oferta de temas para el Turismo. En esta página, que trata de plantear muy someramente las posibilidades en este aspecto, y de contar lo que en realidad aparece en la EXPO sobre estos temas, solo caben dos pinceladas para contar las maravillas de la provincia. Por muchos considerada, desde tiempos clásicos, como tierra aburrida, de largas rectas en la carretera general que va de Madrid a Zaragoza, ya van enterándose muchos que a ambos lados de esa carretera surgen las maravillas. A la izquierda, el estrecho valle del Badiel, el más alcarreño de todos los valles, el más sereno y atractivo. A la derecha, el del Tajuña, largo y poblado, con variedad de ambientes, con castillos, cascadas y hasta Centrales Nucleares. Pero allí está, cuajado de sorpresas. Más allá aún, el Alto Tajo, por oriente. O la Sierra Negra, por occidente… Y así podríamos seguir sin parar.

En punto a los monumentos y entornos ambientales, desde Sigüenza,  la Mitrada Ciudad que tiene castillo (además Parador, y de los buenos) catedral y templos románicos, hasta Beleña, con su mensario medieval, o los edificios de la arquitectura negra en la serranía del Ocejón, que han puesto sobre el tapete la fuerza de su belleza y hoy por hoy son de los lugares más visitados de la provincia.

Se distribuyen por nuestra tierra pueblos “con encanto” como Pelegrina, o Palazuelos, entornos que a lo paisajístico unen la historia y el contenido monumental que traen en herencia desde el Medievo. Hay grandes espacios históricos, como Molina de Aragón, con su castillo, sus templos, sus puentes, sus barrios judíos, sus palacios renacentistas….. y el sabor de sus tradiciones, de sus cánticos, de sus leyendas. Hay pueblos que tienen en su centro puesto el edificio capital de una historia, no repetida: en Cogolludo, el palacio de los duques de Medinaceli. En Torija, el castillo de los templarios. En Brihuega, la Fábrica de Paños y sus jardines versallescos. En Atienza, las plazas castellanas y los templos románicos, hoy convertidos en museos. En Tendilla, la calle soportalada más espectacular y hermosa. En Pastrana, el palacio con la memoria de la princesa de Éboli, y los tapices góticos sin par en España. En Mondéjar, y aunque en ruinas semiabandonadas, el primer templo renacentista del país, el convento de San Antonio… y así hasta cien, como se suele decir. Así hasta no parar de contar, días y días, años y años. Un espacio, este de Guadalajara, que lo tiene todo para ofrecer y prosperar. Ahora es cuestión de que quienes tienen la fuerza del dinero de los presupuestos, la empleen bien en promociones y ayudas para que esto salga adelante. Porque gentes dispuestas a poner la vida en ello, ya las hay, lo están demostrando. Y visitantes, turistas, elementos clave para dar vida a esta “Guadalajara turística” que pintamos aquí, los hay a miles. Puede haberlos a millones. No hay que insistir más en ello.

Esta cuarta Feria del Comercio, la Industria y el Turismo de Guadalajara vuelve a ofrecer esa imagen, en sus respectivas parcelas, de una tierra dinámica y con ganas de ponerse al día en el nuevo siglo. En este milenio recién estrenado en el que para la tierra alcarreña, campiñera, molinesa y serrana no hay medias luces: hay luz de escenario, diáfana y clara, y música fuerte, y caminos abiertos. No hay más que ir por ellos.