Danzas serranas en Galve de Sorbe

viernes, 13 julio 2001 0 Por Herrera Casado

 

Hace cosa de un año, apareció publicado por la Diputación Provincial el número anual de sus “Cuadernos de Etnología de Guadalajara”, y en él venía, como plato fuerte e inicial del volumen, un magnífico trabajo de Raúl Conde Suárez  acerca de la Fiesta de los danzantes y zarragón de Galve de Sorbe. Con todo lujo de detalles, recogidos a base de hablar con los mayores del lugar, se dictaba allí la razón completa de una fiesta que tuvo sus altos y bajos a lo largo de los años, pero que finalmente ha sido recuperada y hoy luce ya, todos los terceros fines de semana de agosto, con el esplendor propio de algo nacido del pueblo, y por este mantenido y cuidado. En honor de la Virgen del Pinar se hacen estas danzas, y mañana sábado se van a poder ver de nuevo, porque va a tener lugar el Segundo Encuentro de Danzantes de Guadalajara, en jornada patrocinada por la Excma. Diputación Provincial, y a la que recomendamos expresamente a nuestros lectores no perdérsela, porque seguro que van a disfrutar no solo con el clima y el paisaje de aquel lugar alto y serrano, sino con la serie de danzas y atuendos que van a lucirse.

Las Danzas de Galve

Por la mañana, a las 12, y en el Salón de plenos de la casa de Ayuntamiento, va a tener lugar un conferencia de don José Antonio Alonso Ramos, director de la Escuela Provincial de Folklore, sobre “Danzas para el ritual festivo”. Promete ser interesante, como todo lo que este experto del folclore provincial siempre nos transmite. Además habrá visita guiada por el pueblo, inauguración de una exposición de “Aperos del campo y de la danza” y apertura del Mercado artesanal en las eras de la ermita de la Virgen del Pinar. Será después de la comida campestre y romeril que quienes quieran hacerla por aquellas alturas recuperarán el sabor de la tortilla en el campo, cuando a eso de las cinco empiecen las actuaciones de los cuatro grupos de danzas que van a amenizar y dar cuerpo a esta jornada.

El grupo de Danzantes y Zarragón de Galve de Sorbe ejecutan danzas de paloteos, de castañuelas y de cintas. De paloteo son las denominadas “La rosa”, “La urraca” y el “Tero-Lero”, de castañuelas es “El Castillo” momento en el que también se realiza una vistosa torre humana que se corona con uno de los danzantes puesto boca abajo, casi en ejercicio circense y desde luego de gran lucimiento y valor. Las danzas de cintas están ejemplarizadas en la de “El cordón”, también espectacular.

Los danzantes de Galve llevan una indumentaria muy vistosa, con trajes de seda de colores, chaquetilla corta, calzones hasta las rodillas y se tocan la cabeza con un pañuelo multicolor que lo sujetan en plan “cachirulo” como los aragoneses. Entre ellos aparece el Zarragón, que viene a ser un director de danzantes, y que se dedica a pedir la voluntad del público, y a animar la fiesta: ese lleva un traje diferente, más elegante, como un chaqué, pantalones y bonete. Un buen momento el de mañana sábado para encontrarnos con esta danza, este grupo de danzas hermosas y fuertes, esencia de la fiesta en la lejana sierra guadalajareña.

Utande, y los danzantes de San Acacio

Actuarán también en esta gran fiesta del folclore danzarín, los jóvenes de Utande que lo hacen en honor de San Acacio, todos los 22 de junio en cada años. Ejecutan estos muchachos una serie de danzas de paloteo, a la que la gente del Badiel llama “los peludillos”. Forman el grupo ocho muchachos que viste con camisa y falda blanca, esta muy almidonada, en forma que recuerda (a mí al menos me lo ha recordado siempre que los he visto) a los derviches de Konia. También las medias y las alpargatas son rigurosamente blancas, dando los toques de color en su indumentaria el gran pañuelo que se colocan al cinto, la banda que les cruza el pecho, y las cintas que cuelgan de sus espaldas.

Gentes de la Huerce

A los danzantes de la Huerce voy a tener oportunidad de verlos por primera vez. Recuperados también después de muchos años sin actuar, su rito se cumple mediado agosto, con motivo de las fiestas patronales, dedicadas a San Sebastián (20 de enero) pero trasladadas ahora al verano, que es cuando hay gente en la localidad, los hijos de quienes emigraron hace una generación ahora. Este grupo de ocho danzantes ejecuta danzas de paloteos y cintas, y las ponen nombres como “El batallón”, “la Marcha Real”, “San Sebastián” y “Somos los hijos de Adán”, con resonancias religiosas, pero con una indudable fuerza ancestral y primitiva. El traje de estos danzantes se compone de camisa blanca de manga larga, adornada con un lazo azul o rojo en el brazo, pantalón oscuro largo y calcetines blancos, hasta la rodilla, colocados sobre las perneras del pantalón, además de las alpargatas con suela de cáñamo y  unos «capillos» de lienzo, bordado con vivos colores.

Majaelrayo y los Danzantes del Santo Niño

Saldrán también a la hierba de la Sierra otros danzantes que nacieron entre las pizarras anejas al Ocejón. Son los danzantes de la Hermandad del Santo Niño, de Majaelrayo, que lo hacen en su pueblo el primer domingo de septiembre. Con una indumentaria muy parecida a la de los danzantes de Valverde, esto es: pantalón y falda almidonada blanca y aparatosa, delante se ponen un pañolón de vivos colores, y a las espaldas cintas también brillantes. Danzas de paloteos, de cintas y castañuelas llevan la sonoridad del eco montañero hasta el centro del rito y al corazón de los espectadores. Algunos títulos de sus danzas: “El cordón”, “Las espadas”, “Las fajas”, todas ellas explicativas de lo que hacen, de cómo lo hacen, de con qué lo hacen… en cualquier caso, brillo y excelencia en la puridad de un folclore que se multiplica desde hace siglos, y que mañana tendrá vida otra vez en las praderas de Galve. Merecerá la pena acudir a este segundo festival o “Encuentro de Danzantes de Guadalajara”, que se verá complementado con la actuación del grupo “Río Mayor” de Castillejo del Romeral (Cuenca) nuevo por estas latitudes y sin duda interesante.