Sobrino, Santillana y el Alamín
Al terminar el año, uno no puede por menos de hacer recuento de las mejores y/o peores cosas que le han pasado. Malas, aparte de algún que otro dolor errático, nada me ha ocurrido. Buenas, muchas. Uno no puede quejarse, y por eso lanza las campanas al viento y hace algo que no debe…