El Henares, un río de agua e historia

viernes, 15 noviembre 1996 0 Por Herrera Casado

 

Otra vez, la quinta ya, que se encuentran los historiadores de las orillas del Henares y hablan de lo que este río dio, rió y fraguó en cientos de años de correr el mismo lecho. Los próximos días que van del 21 al 24 de Noviembre se celebrará en Guadalajara el quinto Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. Y puedo decir, con íntima satisfacción, que fue este un invento surgido de un grupo de amigos, entre los que por fortuna pude contarme y aún hoy sigue adelante. Como una cita bianual entre quienes estudian los pretéritos siglos de la comarca, pero también como un bocinazo de atención a cuantos creen en la unidad de las tierras que baña este río.

No es este el momento de volver a recordar cómo el Henares fue la ruta inicial de Castilla, uno de los caminos que se abrieron generosos al pasar de los hombres y mujeres de remotísimas generaciones. Los iberos, los celtíberos, los lusones y los vacceos, tantas y tantas tribus a las que podemos llamar bisabueletes, seguidas de romanos, de visigodos, de árabes y teutones, de francos y africanos… mil razas se dieron la mano aquí, en las orillas ahora doradas y gloriosas del Henares. Lope de Vega le vio y escribió rimados versos para su presencia huidiza. Cervantes también lo conoció y por los caminos que le circundan viajaron, en mulas y carrozas, los reyes más sabios y los más pánfilos, los pintores portentosos y los santos más nuestros. No es este, insisto, el lugar para cantarle. Ya lo hicieron muchos, lo harán muchos más, y todos, mientras el hálito nos quede en el pecho para poder gozar del dolorido sentir que nadie puede arrebatarnos, diremos que es este un lugar ideal para nacer, para vivir, para morir incluso, junto a su orilla.

Un programa denso y atractivo

El jueves 21 de Noviembre comenzará el Encuentro, que esta vez se celebra en Guadalajara, en la entrañable Sala de Lecturas del Centro Educacional «Príncipe Felipe» del paseo de las Cruces. Allí, a las ocho, reunidos a buen seguro cientos y cientos de amigos del Henares, dará una primera conferencia, magistral como todas las suyas, el profesor doctor Guillermo de Cortázar, con un título que, más o menos, viene a ser así: ¿qué han hecho, qué han significado los Figueroa, en el Valle del Henares durante los últimos doscientos años? Un tema para el asombro, para la polémica incluso: una ocasión irrepetible para saber de cómo el Conde de Romanones, y luego sus descendientes, se hicieron con la posesión de grandes superficies y de las mejores tierras del Henares, usando con ello de su poder tácito durante décadas. Un vino español, y algunas sorpresas que determinada Editorial alcarreñista va a proporcionar a los asistentes, completarán esta sesión inaugural a la que se espera asistan no solamente las autoridades locales de Guadalajara, Alcalá y Sigüenza, sino de otros muchos pueblos del Henares que en estos Encuentros tendrán ocasión de plantearse, entre amigos, perspectivas y rumbos para una tierra que los tiene en potencia más que ninguna otra.

Muchos escritores, muchas noticias nuevas

Los días 22 y 23, viernes y sábado respectivamente, van a dedicarse a la presentación, por sus respectivos autores, de numerosas comunicaciones, muchas de ellas inéditas investigaciones, descubrimientos arqueológicos, hallazgos de documentos, nuevos artistas, fiestas curiosas recuperadas… todo ello dentro de un orden que el programa elaborado ofrece, y que viene a ser, en esencia, el siguiente: el viernes por la mañana se ofrecerán 7 comunicaciones de arqueología, entre las que destacan una revisión del campamento romano de Anguita, la presentación de la Casa de Hippolytus en Alcalá (un Colegio juvenil en época romana) y los hallazgos en torno al arco de la Puerta de Bejanque.

El viernes por la tarde serán comunicaciones de Historia, con referencias a temas tan curiosos como la fundación de la Orden de Caballería de la Banda en Guadalajara, el recuerdo biográfico de doña Mencía de Mendoza, una entusiasta erasmista, y de Juan Páez de Castro, el sabio historiador de Quer que preparó la gran Crónica de España para Felipe II. Sin olvidar, por ejemplo, referencias a la Casa Ducal del Infantado como patrona de la naciente Universidad de Alcalá (un trabajo del infatigable investigador González Navarro, al que siempre es un placer oír y aprender de él). O con temas relativos a la contemporánea historia de Guadalajara, como el desarrollo de la Asociación Internacional de Trabajadores (la Primera Internacional) en nuestra provincia, y los sucesos de julio de 1936 considerados como «una sublevación abortada».

El sábado por la mañana será protagonista el arte. Un total de 16 conferencias están programadas en ese espacio: se hablarán de las iglesias de la cabecera del Henares, de plateros madrileños en torno a Jadraque, de lápidas y escudos, de la biografía de Rubiales, un gran escultor barroco nacido en Palazuelos, de la evolución urbana de la plaza de San Esteban, del palacio de los Dávalos, de Juan Guas y, como siempre magistral, Muñoz Jiménez ofrecerá sus más recientes investigaciones en torno a los canteros renacentistas y el estudio inédito del Ayuntamiento mendocino de Tamajón.

Finalmente, la tarde del sábado estará dedicada a once comunicaciones sobre etnografía y folclore, destacando algunos asuntos sobre hagiografía de Santa Librada y de los Santos Niños Justo y Pastor; habrá descripciones inéditas de las fiestas solemnes del barroco en Alcalá: entradas reales, el Corpus, la jornada en honor de Santa María de Jesús. No faltarán las referencias a los relatos de viajeros por el Henares: en esta ocasión se presentan dos nuevos textos, uno de Pedro Muñoz Seca relativo a Guadalajara, y otro de Córnide de Folgueria sobre el Valle todo. En fin, temas de toponimia, como los nombres vascos de la tierra de Guadalajara, servirán de colofón a esta maratoniana reunión en la que están previstas nada menos que ¡54! conferencias sobre temas de lo más variado. Apasionante sin duda.

Y un viaje final, a la Alcarria profunda

La clausura de este Quinto Encuentro de Historiadores del Henares será, como siempre, itinerante. Un viaje cultural para el domingo por la mañana tendrá por objetivos elementos singulares de nuestro patrimonio artístico. La primera etapa se concretará en Lupiana, en el fabuloso monasterio jerónimo de San Bartolomé, donde de forma excepcional se permitirá a los «encontrados viajeros» recorrer sus claustros, sus salas, su templo romántico, sus jardines. Luego se seguirá, subiendo el río Ungría, a visitar la ignota capilla románica de Pinilla, para terminar el recorrido en Valdeavellano, y allí visitar con la tranquilidad que el tema merece, su gran templo parroquial románico, su portada cuajada de mitológicas escenas, su pila bautismal, y sobre todo, las recientemente aparecidas pinturas románicas del coro, donde caballeros y juglares danzan en colores sobre las vigas.

La comida de hermandad y las palabras de clausura de las autoridades, serán el punto final de este Encuentro, momento en el que además, si la organización no falla, se entregarán a los participantes ejemplares de las Actas conteniendo, en grueso volumen, los textos completos de todas las conferencias y comunicaciones.

Lectura final

La lectura final de este acontecimiento está, creo yo, más allá de los datos concretos del programa relatado. Está en lo que pretende, y va logrando, de formar un espíritu de auténtica unidad, de compromiso y unión entre cuantos hacen, con dinamismo, la historia de hoy investigando en la historia del ayer. La conclusión siempre es fácil. La hemos hecho en cada convocatoria, y se vuelve, ella misma, a reflejar en las palabras, en los comentarios, en las crónicas: el Valle del Henares forma una unidad geográfica e histórica a la que, por pura lógica, hay que reivindicar una unidad política. Esa unidad hará al Valle no sólo más hermoso (que ya es difícil) sino más fuerte, más rico, y con mejores perspectivas para todos sus habitantes. ¿Hay alguien que -político con fuerza y con visión de futuro- se lance a ese reto? Un Valle del Henares único, y unido.