El castillo de Embid
Hace muchos años, en tarde inolvidable y ventosa, fría como suelen serlo las de la plena primavera molinesa, llegué hasta uno de los pueblos más alejados de la capital de la provincia: a Embid, allá en el confín entre el Señorío de Molina y el Aragón celtibérico del alto Jiloca. Me llevaban varios objetivos.…