Heráldica mondejana

domingo, 1 enero 1989 1 Por Herrera Casado

En el presente trabajo se aporta el catálogo de los escudos de armas y emblemas heráldicos existentes en la actualidad en la villa alcarreña de Mondéjar, referenciando en forma de fichas todos los emblemas hallados en la misma, de acuerdo con una metodología propia. Se realiza además una introducción relativa a la historia de la villa, y a la presencia en la misma del linaje de los Mendoza, aportando una breve visión evolutiva de las armas propias de este linaje, matizadas con los lemas adoptados por los marqueses de Mondéjar. Es una aportación más de cara a la catalogación total de cuantos emblemas heráldicos y escudos de armas existen en la provincia de Guadalajara, en la seguridad de que dicho estudio ha de resultar muy valioso para el mejor conocimiento de su historia.

 INTRODUCCIÓN

A nadie escapa la importancia que encierra el estudio de la heráldica como uno de los aspectos auxiliares de la historia, y uno de los caminos que posibilitan el tránsito hacia la consecución de una verdad histórica rigurosa. En el estudio de la heráldica, de los emblemas de personajes e instituciones que de un modo u otro han permanecido a lo largo de los siglos y cumplen ahora la calidad de monumentos puntuales, hemos puesto algún interés, especialmente en lo relativo a aquellos escudos de armas que se encuentran en la provincia de Guadalajara, y que de un modo u otro reflejan los avatares pretéritos de edificios, de localidades y de personajes. En ese sentido, un reciente estudio sobre la heráldica de los Mendoza en la ciudad de Guadalajara (1), en forma de catálogo o fichero de los elementos que conforman ese patrimonio, ha resultado útil para otros fines, y ha iniciado un camino en nuestra provincia que hoy nos disponemos a continuar con lo relativo a la heráldica mondejana.

De todos los escudos de armas que hemos podido encontrar en la villa de Mondéjar, la mayoría de ellos están situados en sus monumentos más representati­vos, y simbolizan las armas de diversos señores de la localidad, y de sus esposas, todos ellos pertenecientes, desde la Edad Moderna, a la familia de Mendoza. Es, pues, este estudio, un aporte para la visión conjunta de la heráldica mendocina en toda la provincia de Guadalajara, o en toda la Alcarria, que algún día deberá llevarse a cabo.

De hecho, los escudos que presentamos en el presente estudio pueden clasificarse en dos grupos netamente diferenciados: mendocinos y no mendocinos. Los primeros de ellos representan los emblemas propios de los señores de la villa, bien en sus armas tradicionales de Mendoza, en sus variantes más conocidas, o en las de otros apellidos emparentados con ellos por entronques familiares. Los segundos, los no mendocinos, son propios de individuos que por otras razones (de poder económico, de capacidad intelectual o de poderío social o religioso) han podido dejar tallado en la piedra de Mondéjar su símbolo y escudo de armas.

En el caso de los escudos mendocinos, pertenecientes a los Mendoza que fueron señores de la villa y ostentaron los títulos de marqueses de Mondéjar y condes de Tendilla, es clara su función de recuerdo del poderío social y jurídico que ostentan sobre el lugar. La colocación de estos escudos mendocinos, sin embargo, parece desviar la atención del espectador sobre el auténtico fin de los mismos. Están puestos sobre las puertas de la iglesia parroquial, en la torre de dicha iglesia, en las puertas y presbiterio del convento franciscano de San Antonio, etc. Esto es, parecen estar ofreciendo la clave para una interpretación benéfica de la estirpe mendocina. Ellos son, lo recuerda la piedra perennemente grabada, los benefactores de obras religiosas y bellas: son mecenas para el arte y la piedad. Sin embargo, el fin último, que todo escudo de armas tallado y visible encierra, de prepotencia social sobre el resto de la población, no puede eludirse tampoco en este caso de los Mendoza en Mondéjar. Es ese poderío, ese predominio de su estirpe sobre el resto de los vecinos de la villa, lo que denotan los escudos, cumpliendo uno de los objetivos que estos elementos tienen.

Los escudos no mendocinos, más escasos, aparecen en enterramientos y palacios. En cualquier caso, cumplen también su misión de identificación ante la historia, de supervivencia de individuos o familias que se resisten a quedar borradas en la sombra del olvido, y ponen, bien sobre su tumba, o en lo alto de la fachada de su palacio, un emblema que les representa. El sentido último, conciertos matices, es el mismo que en los Mendoza. Aquí se quiere resaltar la «fama» del individuo que se sabe inteligente, virtuoso, grande, y quiere permanecer en el recuerdo de los demás. O bien resaltan el poderío meramente económico de alguna familia.

HISTORIA DE LA VILLA DE MONDEJAR

Conviene recordar, antes de pasar a la presentación del Catálogo de escudos heráldicos de Mondéjar, la historia de esta villa alcarreña, que conoció tantos avatares, al menos legales y jurisdiccionales, durante la Edad Media y comienzos de la Moderna (2). Así, las primeras referencias documentales de Mondéjar aparecen en el siglo XII l. Antes, sin embargo, ya existía como pequeña agrupación urbana, situada desde los primeros momentos de la repoblación, a finales del siglo XI, en el altozano que hoy la sostiene. En principio perteneció a la Tierra de Almoguera, organizada en forma de Común de Villa y Tierra, al estilo de las tierras de la Extremadura castellana, dentro de un régimen de autonomías por comarcas, y de organización del territorio a base de grandes pueblos o villas amuralladas y defendidas, con todos los servicios y sede de las jerarquías, rodeadas de una serie de aldeas pequeñas en las que residían los hombres dedicados al cultivo del terreno circundante.

Almoguera y su Tierra, con Mondéjar incluido, perteneció a la Orden de Cala­trava durante el siglo XII, siguiendo las normas dictadas por la Corona de entregar a estas Ordenes militares de avanzadilla los territorios que todavía quedaban fronteri­zos con Al‑Andalus. Pero a mediados del siglo XIII encontramos nuevamente a Almoguera y su Tierra en dependencia directa del Rey de Castilla, fuera ya del Señorío de los calatravos. Así permanecería en adelante, sujeta solamente a las leyes reales y reconociendo al monarca como único señor del territorio.

El crecimiento de Mondéjar se inició en esos momentos, a mediados del siglo XIII. En 1285, el Rey Sancho IV concedió al concejo un privilegio por el que le permitía celebrar un mercado franco los jueves. Esto suponía que quienes ese día vendieran o compraran en Mondéjar estaban exentos de impuestos. Ello era una poderosa razón para estimular el comercio en ese lugar, y por tal razón Mondéjar inició en ese momento un rápido crecimiento. A ello se añadió poco después, la concesión real de una feria anual por San Andrés, también con exención de impues­tos a quienes a ella fueran, lo que terminó de consagrar su importancia comarcal. La separación del Común de Almoguera ocurrió también en 1285, cuando el mismo Sancho IV la segregó de la villa cabecera y la entregó en señorío particular a su merino mayor, el noble caballero don Fernán Ruiz de Biedma, casado con María Páez de Sotomayor, incluyendo en la donación el término, los vasallos, la jurisdicción y todo tipo de derechos, lo cual suponía el ejercicio de un señorío territorial y jurisdiccional completo. Tal donación fue confirmada unos años después, en 1295, por el siguiente monarca castellano, Fernando IV. Protestaron de todo esto los de Almoguera, por considerar no era lícito segregar a señoríos particulares las aldeas pertenecientes a Comunes de larga tradición. Y protestaron también los de Mondéjar, que preferían su pertenencia al Común almoguereño mejor que tener por señor directo a un cortesano particular, por muy noble que fuera. Las Cortes de Palencia, celebradas a mediados del siglo XIV, dispusieron que fueran reintegrados a sus antiguos comunes todos los concejos segregados en reinados anteriores. Pero esto no llegó a producirse en el caso de Mondéjar, quedando en adelante en la familia de los Biedma,

Varias generaciones ostentaron el señorío: a Fernán siguió su hijo, Alfonso Fernández de Biedma, y a éste su hija doña Elvira Alfonso de Biedma, que casó con el señor de Aguilar y Torija, don Alfonso Fernández Coronel. Este caballero fue uno de los muchos que mató personalmente, en el transcurso de la guerra civil, el rey Pedro 1 apodado el Cruel. Era el año 1353. El monarca entregó entonces todos los bienes del desdichado, incluido el señorío de Mondéjar, a la hija del Rey, doña Beatriz, habida de su unión con María de Padilla.

Al subir al trono Enrique II, «el de las Mercedes», tras el fratricidio de Montiel, el monarca entrega el señorío mondejano a su hermano don Sancho, conde de Albur­querque. Casado éste con doña Beatriz de Portugal, hereda su hija doña Leonor, casada después con el infante don Fernando de Antequera, que vivió largas tem­poradas en su lugar alcarreño.

Después de haber sido elegido, en el compromiso de Caspe, Rey de Aragón, Fernando se desentendió de su señorío mondejano, y su mujer doña Leonor, inmedia­tamente después de haber sido elegido Fernando monarca aragonés, hizo entrega de Mondéjar a la silla arzobispal de Toledo, a cambio de Saldaña. Poco duró la permanencia de Mondéjar en las posesiones de los toledanos, pues la misma reina Leonor pidió la anulación del trato. Y enseguida se lo entregó en señorío, quizás por tener con él compromisos mayores, al caballerizo mayor del reino, el caballero toledano don Juan Carrillo de Toledo, disponiendo que quedara en el mayorazgo de su familia.

Casado Carrillo de Toledo con María de Sandoval, el señorío de Mondéjar lo heredó su única hija Juana Carrillo, que casó con Pedro Lasso de la Vega, uno de los hijos menores del primer marqués de Santillana, y que a la sazón era señor de Valfermoso de Tajuña. De esta manera entra la poderosa familia de los Mendoza a tener voz y mando en Mondéjar, sancionada a lo largo de los siglos por sus sucesores. Es curioso recordar, corno por ciertos documentos consta, que al menos desde Juan Carrillo los señores mondejanos tuvieron un gran palacio en la villa. En 1435, doña Juana Carrillo y don Pedro Lasso juraron solemnemente ante el Consejo y vecinos de Mondéjar el respeto y la obediencia a los antiguos fueros, franquezas, costumbres y libertades que de antiguo usaban. Su posesión fue, por tanto, pacífica y próspera. Heredó a estos señores su hija mayor, Catalina Lasso de la Vega, casada con don Luís de la Cerda, duque primero de la casa de Medinaceli. Al quedar viuda esta señora, entregó el señorío de Mondéjar, en forma de dote, a su hermana doña Marina Lasso de la Vega, en la ocasión en que ésta casó con don Iñigo López de Mendoza, hijo del marqués de Santillana, y conde primero de Tendilla.

El pueblo de Mondéjar y todos los anejos derechos que conllevaba su señorío fueron sin embargo apetecidos por el segundo marido de doña Catalina Lasso, don Pedro de Castilla, quien mantuvo largo pleito, llegando un momento, hacia 1486, en que se alzaron las armas entre ambos bandos para dirimir lo que la justicia no se determinaba a resolver. De tal modo, que el conde de Tendilla, ayudado de todos los vecinos y hombres buenos de Mondéjar, a los que había prometido favorables condiciones de vida, se pertrecharon en el castillo de la villa, que entonces era tenido por uno de los más fuertes y mejor dotados de Castilla, resistiendo el embate de don Pedro de Castilla y sus mesnadas.

La solución llegó por vía de la monarquía. Los Reyes Católicos decidieron que saliera don Iñigo López de su encastillamiento, y ordenaron la demolición de la fortaleza hasta sus basamentos. A lo largo de unos días, en diciembre de 1486, consiguieron que los derechos de doña Catalina fueran vendidos a los Reyes, y éstos, poco después, se los vendieron al Mendoza en la cantidad de doce millones de maravedís, cantidad que pagó enseguida su hijo, el arzobispo humanista de Sevilla don Diego Hurtado de Mendoza. Fue el 11 de enero de 1487 cuando el primer conde de Tendilla ascendió a señor de Mondéjar.

LOS MENDOZA, SEÑORES DE MONDEJAR

La historia moderna de Mondéjar está centrada de una forma casi exhaustiva en la de la familia que como señores gobernaron el pueblo y sus destinos desde el siglo XVI al XIX. Se trata de la familia de los Mendoza, de suma importancia en la historia de la Alcarria y de la provincia de Guadalajara toda. Señores de grandes extensiones de terrenos, desde la Mancha al Cantábrico, poseedores de innumerables títulos de nobleza, de rentas sin cuento, y con personajes colocados en todos los puestos claves de la política y el poder durante los siglos XV y XVI, los Mendoza son también la razón única de la historia de Mondéjar, pues primero con el título de Condes de TendIlla, al que luego añaden el de marqueses de Mondéjar, van a protagonizar en sus diversas generaciones todas las situaciones históricas por las que haya de pasar la villa castellana (3).

El primer Mendoza que ostenta el señorío mondejano es don Iñigo López de Mendoza, hijo de su homónimo el primer marqués de Santillana. Protegió especial­mente a su villa de Tendilla, de la que era señor y primer conde, fundando en ella un convento de jerónimos, con el título de Santa Ana, en el que mandó poner, al presbiterio, su enterramiento y el de su esposa doña Elvira de Quiñones. Hoy se conservan, algo deteriorados, en la iglesia de San Ginés de Guadalajara.

Le sucedió en el señorío su hijo, segundo conde de Tendilla. La personalidad del segundo Mendoza que ostenta el señorío mondejano, es de un relieve excepcional, y por todos los especialistas de la historia moderna de España, es tenido este don Iñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla, como el auténtico introductor del Renacimiento italiano en España, y hombre humanista, político, guerrero, pensador y exquisito entendido de las artes, hasta el punto de habérsele designado habitual­mente en las crónicas de la época con el apelativo de el Gran Tendilla.

Don Iñigo López de Mendoza fue no solamente embajador de los Reyes Católi­cos ante el Vaticano. Allí estuvo, entre 1486 y 1487, introducido en los ambientes más cultos de la Roma renacentista, reclutando arquitectos, pintores y escultores, apren­diendo todo tipo de ideas y modos que le servirían para, a su vuelta a la meseta castellana, levantar edificios y crear su propia corte de intelectuales humanistas. Pero también fue guerrero, capitán general de la frontera de Al‑Andalus, y uno de los más valientes combatientes en la toma de Alhama y de la capital granadina finalmente, de la que fue nombrado alcaide de la fortaleza nazarita y Capitán General del nuevo Reino de Granada. En 1512 recibió del Rey Fernando el Católico el título de marqués de Mondéjar.

Esos mismos títulos los llevarían luego sus descendientes directos. El tercer conde y segundo marqués siguió las tendencias de su padre de beneficiar a Mondéjar, haciendo de él un pueblo próspero y bien dotado. Aunque casi siempre lo pasó en Granada como capitán general que era del Reino, en Mondéjar dispuso la construc­ción de una nueva iglesia parroquial, para lo que mandó traer a los mejores arquitec­tos granadinos del momento. Con planos de Pedro Machuca, mandó iniciar la construcción de un grandioso palacio marquesal que, por desgracia, no llegó nunca a concluirse. Este personaje, don Luís Hurtado de Mendoza, fue también Capitán General de Granada, como su padre, y solicito por mejorar la villa que daba título a su marquesado. Capitaneó el ejército real castellano en la revuelta morisca de las Alpujarras, y murió en Mondéjar, en 1566, siendo luego sepultado en el convento de San Francisco en la Alhambra granadina. Su hijo, el tercer marqués, también murió en Mondéjar, en 1587, y su cuerpo fue enterrado en el convento de Granada.

La familia mendocina continuó apoyando a Mondéjar y su territorio circun­dante. Eso hizo el cuarto marqués, don Iñigo López de Mendoza, y en esa línea siguió su hija, doña Catalina de Mendoza, que a principios del siglo XVII fundó en Alcalá de Henares el convento de Jesuitas y el Colegio Universitario de los Verdes en la Universidad cisneriana. Ya entre las generaciones subsiguientes, más dados a la vida de la Corte, brillaron con especial relieve algunas figuras, como la del marqués consorte, don Gaspar de Mendoza Ibáñez de Segovia, que estuvo casado con la novena marquesa doña María Gregoria de Mendoza y Aragón, y que a finales del siglo XVII dióse a los estudios históricos, escribiendo una estimable «Historia de la Casa de Mondéjar» que todavía se encuentra inédita en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia de Madrid. Tras él, algunos titulares del marquesado se retiraron a vivir a la villa alcarreña, en el palacio que siempre mantuvieron abierto. Tras la eliminación de los señoríos jurisdiccionales por la Constitución de Cádiz, los marqueses de Mondéjar quedaron como meramente nominados del sonoro título que sus antepasados hicieron brillar en Granada. Por otra parte, ya como Ayunta­miento constitucional desde esas primeras décadas del siglo XIX, Mondéjar ha ido evolucionando paulatinamente hacia un desarrollo armónico que hoy, con múltiples industrias, especialmente de elaboración de vinos, y floreciente agricultura, es uno de los enclaves más prósperos y dinámicos de la provincia de Guadalajara. 

HERALDICA DE LOS MENDOZA

Por lo que se refiere a la heráldica del apellido Mendoza, que será el que con más abundancia aparezca en el catálogo que a continuación exponemos de los emblemas existentes en Mondéjar, remitimos al lector a otros trabajos ya realizados sobre este tema (4). De todos modos, conviene recordar muy someramente cómo las armas primitivas del linaje alavés de los Mendoza constan de una simple banda, con esmaltes de sinople en el campo y gules en la banda, ésta a su vez fileteada de oro. Existe una leyenda para explicar el origen heroico de estos símbolos, y la idea mantenida por los cronistas mendocinos de que tales armas pertenecieron también a Rodrigo Díaz de Vivar, a quien se quería hacer antecesor de los Mendoza alcarre­ños (5). Esa banda se combinó en ocasiones con la cadena en posición de bordura, propia de los Zúñiga, y que usaron frecuentemente los Mendoza de Baeza, arguyen­do, quizás por su proximidad al lugar del hecho bélico, la participación principalí­sima del linaje mendocino en la batalla de las Navas de Tolosa (6). Lo frecuente es encontrar, especialmente a partir del siglo XV en su segunda mitad, el campo del escudo de Mendoza partido en frange, con la banda fileteada en sus campos uno y cuatro, ofreciendo en el segundo y tercero bien las diez panelas que dicen ganaron a los Guevara en la batalla de Arrigorriaga (7), bien la salutación angélica (el «Ave María Gratia Plena”) heredada de los de la Vega (8). Aún predominando este último emblema, a partir de principios del siglo XVI se suele añadir, en la rama principal de los duques del Infantado, la partición de las armas de Luna, por su parentesco con este linaje desde la boda del segundo duque con la hija de don Álvaro de Luna, y en otras ramas se añaden las armas de los respectivos entronques (9). El símbolo mendocino por excelencia es, sin embargo, el cuartelado en frange con bandas al primero y cuarto, y la salutación angélica al segundo y tercero, y a partir de ahí ha habido muchas modificaciones y acrecentamientos que, en el caso concreto de la heráldica mondejana, vamos a poder comprobar.

NOTAS

(1) HERRERA CASADO, ANTONIO,. Heráldica mendocina en Guadalajara, en «Wad‑al‑Hayara». 13 (1986): 195‑248.
(2) La bibliografía sobre la historia de la villa de Mondéjar no es muy abundante. Pueden consultarse sobre ello las siguientes obras: FERNÁNDEZ JIMENEZ, ANASTASIO: Historia de mondéjar, Mondéjar, 1981. HERRERA CASADO, ANTONIO: Glosario Alcarreño, tomo I, «Por los caminos de la Alcarria», Guadalajara, 1974. MENDOZA IBAÑEZ DE SEGOVIA Y AREVALO, GASPAR, Marqués Consorte de Mondéjar: Historia de la Casa de Mondéjar, inédita, 3 volúmenes. Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Madrid. RELACIONES TOPOGRÁFICAS enviadas a Felipe II por la Villa de Mondéjar en 1580. El original se conserva en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Cf. GARCÍA LÓPEZ, J. C.: Memorial Histórico Español, Tomo XLII, Madrid, 1903, págs. 309‑337. Y sobre los elementos que conforman el patrimonio artístico de la villa de Mondéjar puede acudirse a las siguientes obras: GÓMEZ ­MORENO, MANUEL: Estudios sobre el Renacimiento en Castilla: Hacia Lorenzo Vázquez, Madrid, 1925. HERRERA CASADO, ANTONIO: Inventario de los elementos arquitectónicos de interés histórico­artístico de la provincia de Guadalajara. Inédito. Un original en la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla‑La Mancha, en Guadalajara. HERRERA CASADO, ANTONIO: Cró­nica y Guía de la provincia de Guadalajara, Guadalajara, 2ª edición, 1988, págs. 308‑315, así como GARCÍA LÓPEZ, JUAN CATALINA. Catálogo monumental de la provincia de Guadalajara, manuscrito en la Biblioteca del Centro de Estudios Históricos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid.
(3) Para la genealogía de la familia Mendoza, ver especialmente GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO: Historia Genealógica de la casa de Mendoza, edición del Instituto «Jerónimo Zurita» del C. S. I. C., Madrid, 1946, 2 tomos, con prólogo y estudio de ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA. Y también PECHA, HERNANDO: Historia de Guadalaxara y como la Religión de Sn. Geronymo en España fue fundada, y restaurada por sus ciudadanos, Edit. Institución de Cultura «Marqués de Santillana», Guadalajara, 1977, con prólogo y estudio de ANTONIO HERRERA CASADO. Además debe consultarse la obra de IBAÑEZ DE SEGOVIA, G.: Historia de la Casa de Mondéjar, Manuscrito que se conserva, en tres tomos, en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, original del siglo XVII. Así mismo, es fundamental la obra de PECHA, HER­NANDO: Historia de las vidas de los Excmos. Sres. duques del Ynfantado y sus progenitores desde el Ynfante don Zuria primer Sr. de Vizcaya asta la Excmaª Duquesa Dª Ana y su hixa doña Luisa condesa de Saldaña, manuscrito hoy conservado en la Biblioteca Pública Provincial, sección local, de Guadalajara.
(4) Fundamentalmente ver MENÉNDEZ‑PIDAL DE NAVASCUES, FAUSTINO: Las Armas de los Men­doza, en «Armas e Troféus», 2ª Serie, VI (1965): 3‑15: HERRERA CASADO, ANTONIO: Heráldica mendocina en Guadalajara, en «Wad‑al‑Hayara», 13 (1986): 195‑248. Es fundamental para el estudio de la evolución y variantes de las armas de Mendoza la obra de GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO. Historia Genealógica de la Casa de Mendoza, Jadraque, 1772, en manuscrito conservado en el Archivo Histórico Nacional, sección Osuna, legajo nº 3.408, que ofrece iluminados a mano un buen número de emblemas mendocinos, y que no se reproducen en la edición moderna de esta obra realizada a cargo de GONZÁLEZ PALENCIA por el Instituto Jerónimo Zurita» del C.S.I.C., Madrid, 1946. Un estudio sobre esos emblemas mendocinos, se realiza en HERRERA CASADO, ANTONIO. Tesoro de los escudos de armas que hay en la provincia de Guadalajara…, tomo 52, 1977, manuscrito en poder del autor.
(5) Así las pinta GUTIÉRREZ CORONEL DIEGO, op., cit., libro 1º, pág. 128, denominándolas «Armas puras de Mendoza», y sobre esa leyenda y otras posteriores a este tema referentes, puede verse HERRERA CASADO, ANTONIO. El arte del humanismo mendocino en la Guadalajara del siglo XVI, en «Wad‑al‑Hayara'», 8 (1981): 345‑384.
(6) Así las pinta GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO, op., Cit., libro 1º, pág. 129, denominándolas «Armas Blasonadas de Mendoza». También las pinta este autor, en op., cit., libro 3º, pág. 298, diciendo ser de los Mendoza de la Corzana. Sobre la referida tradición de la participación de los Mendoza en la batalla de las Navas de Tolosa, véase ARGOTE DE MOLINA: Nobleza de Andalucía, parte la, capítulo CX, y sobre el uso de estas armas por los Mendoza de Baeza, ver la Carta de don Antonio de Barahona sobre los linajes de Baeza, de fecha 1499, en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, 9/183, fol. 10 v.
(7) Así se ven, magníficamente dibujadas a folio completo en el «ArmoniaI de Aragón”, folio 154 r., de propiedad particular, y sobre el que tenemos redactado un estudio completo, FJ Armorial de Aragón, actualmente en prensa. Cargadas de la cadena, las pinta así GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO, op., Cit., Ebro 1º, pág. 130, denominándolas también “Armas Blasonadas de Mendoza», y el mismo autor, en op. cit., libro 3º, pág. 200, como pertenecientes a los Mendoza de Almazán, y en libro 32, pág. 202, partidas de banda y panelas de plata en campo de gules, como de los Mendoza de Castrogeriz. Estas armas, muy poco utilizadas por las ramas principales de los Mendoza, se ven también en los emblemas tallados en piedra que adornan los capiteles del palacio de Mendoza de Yunquera de Henares, construido por los Laso de Mendoza en el siglo XVI. Ver sobre ellos HERRERA CASADO, ANTONIO: Crónica y Guía de la Provincia de Guadalajara, Guadalajara, 2ª edición, 1988, pág. 96.
(8) Así las pinta GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO, Op., Cit., libro 1º, pág. 131, denominándolas «Armas de Mendoza del Infantado». Son las que más abundan en la ciudad de Guadalajara y, en general, en toda la provincia de Guadalajara, pues son las propias de las primeras generaciones de los duques del Infantado, incluso del primer marqués de Santillana.
(9) Así las pinta GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO, op., cit., libro 30, pág. 172, denominándolas «Armas de Mendoza, de Montesclaros», aunque son muy utilizadas por todos los Infantado y otras ramas de ellos directamente salidas desde principios del siglo XVI.

 

Ficha 1

TITULAR: Villa de Mondéjar.

ESCUDO: Armas Municipales de la Villa de Mondéjar.

LOCALIZACIÓN: Salón de la Casa Con­sistorial o Ayuntamiento de Mondéjar.

MATERIAL: Pergamino.

FECHA: 1976.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: El escudo heráldico municipal de la villa de Mondéjar es de existencia tradicional. En las Relaciones Topográficas que el pueblo envió al Rey Felipe II en marzo de 1581 ya aparecen descritas del mismo modo. Fue aprobado oficialmente por Real Decreto 768/ 1976 de 18 de marzo, publicado en el Boletín Oficial del Estado no 89 de 13 de abril de ese mismo año. El ejemplar descrito está dibujado con técnicas modernas sobre pergamino y enmarcado, ocupando un puesto de honor en el Ayuntamiento de la villa. Representa según tradición el monte (de donde viene la palabra Mondéjar) en que asentó la población y el emblema de su entorno geográfico, la representativa encina cargada de frutos (bellotas) de oro. Existe otro ejemplar de este escudo, tallado en piedra blanca, sobre el balcón principal del Ayuntamiento. El emblema heráldico municipal se repite hoy por numerosos lugares de la villa, en azulejos, pergaminos, etc.

BLASONADO: Escudo español, en campo de plata y sostenida de un monte de piedras de oro, una encina de sinople, cargada de frutos de oro.

NOTAS: MEMORIAL HISTORICO ESPAÑOL, Tomo XLI, Relaciones Topo­gráficas de los pueblos de la provincia de Guadalajara enviadas al Rey Felipe II a finales del siglo X VI, Real Academia de la Historia, Madrid, 1903, pág. 311; GAVIRIA, Conde de: Gran Enciclopedia de Madrid Castilla‑La Mancha, Zaragoza, 1984, tomo VIII, pág. 2.167, voz «Mondéjar».

 Ficha 2

TITULAR: Villa de Mondéjar.

ESCUDO: Armas Municipales de la Villa de Mondéjar.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, primera casa de la Calle del Hospital, frente a la torre de la iglesia parroquial.

MATERIAL: Piedra caliza. FECHA: 1799.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se trata del escudo de la Villa tallado en el año 1799, y recolocado en un lugar céntrico en 1979. Es muy simple su descripción de la encina, y añade el detalle de estar acolado de un águila bicéfala, símbolo todavía de la monarquía que regía el país en la época de su talla.

BLASONADO: Escudo español, con un árbol. Acolado de un águila bicéfala.

NOTAS: MEMORIAL HISTORICO ESPAÑOL, Tomo XLI, Relaciones Topo­gráficas de los pueblos de la provincia de Guadalajara enviadas al Rey, Felipe II a finales del siglo XVI, Real Academia de la Historia, Madrid, 1903, pág. 311; GAVIRIA, Conde de: Gran Enciclopedia de Madrid Castilla‑La Mancha, Zaragoza, 1984, tomo VIII, pág. 2.167, voz «Mondéjar».

 

 Ficha 3

TITULAR: DIAZ DE MONDEJAR, Marcos.

ESCUDO: Díaz.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, iglesia parro­quial. Sepulcro en el muro de la nave del Evangelio, repetido tres veces sobre la cama que sostiene el cuerpo tallado yacente del titular.

MATERIAL: Alabastro blanco.

FECHA: Segunda mitad del siglo XV.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se trata del emblema heráldico personal de don Marcos Díaz de Mondéjar, eclesiástico natural de esta villa, que alcanzó a ser canónigo de la Catedral de Toledo, y murió en 1479, dejando cierta renta a la iglesia parroquial de su villa natal, donde además quiso ser enterrado. No está demostrado que fuera electo obispo de Sigüenza. El enterramiento, tallado en alabastro blanco, en estilo gótico puro, consta de un frontal de cama en el que aparecen repetidos tres veces los emblemas, y sobre dicha cama la estatua yacente, con ropas eclesiásticas, del sujeto. En el hueco del arco trilobulado, un Calvario. Todo ello hoy muy fragmentado y deteriorado tras el saqueo a que fue sometido el templo en 1936.

BLASONADO: Escudo partido, primero águila pasmada cargada de tres fajas, segundo un corzo pastando entre altas hierbas.

NOTAS: GARCÍA LÓPEZ, J. C.: Aumentos a las Relaciones Topográficas de Felipe II, publicadas en el Memorial Histórico Español, Tomo XLII, Madrid, 1903, pág. 317; ídem: Catálogo Monumental de la provincia de Guadalajara, manuscrito en la Biblioteca del Centro de Estudios Históricos del Consejo Superior de Investiga­ciones Científicas de Madrid. La fotografía del enterramiento antes de su deterioro puede verse en LAYNA SERRANO, F., y CAMARILLO HIERRO, T.: La provincia de Guadalajara, Madrid, 1948, pág. 248.

Ficha 4

TITULAR: Familia de los López Soldado.

ESCUDO: López Soldado.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar. Palacio de los López Soldado en la Calle Mayor de la Villa. Encima del balcón central de la fachada. MATERIAL: Alabastro amarillento.

FECHA: Siglo XVIII. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra colocado este escudo en lo alto de la fachada del que fue palacio de los López Soldado, en la calle mayor de la villa. Esta familia asentó en Mondéjar a lo largo del siglo XVII, siendo desde entonces, la más acaudalada del lugar, propietaria de grandes extensiones de terreno. Durante la segunda mitad del siglo XVIII poseyeron la escribanía de la villa. Don Manuel Alonso López Soldado fue opositor a cátedras en Alcalá, en la mitad de ese siglo. En Mondéjar hubo por esos años dos párrocos de dicha familia. Otros tres, laicos, hicieron fundaciones en la parroquia y dieron ayudas importantes en metálico. El poseedor de este emblema, don Eugenio López Soldado, creó una capellanía en la parroquia de Mondéjar en 1791.

BLASONADO: Escudo cuartelado, primero trece roeles en tres palos; segundo un águila pasmada; tercero un guerrero portando lanza; cuarto un lobo andante; al timbre celada que mira a la izquierda; acolado de cruz de Santiago; lambrequines y niños desnudos más carátula que sostienen el escudo.

NOTAS: FERNÁNDEZ MADRID, MARÍA TERESA: El Convento de San Antonio de Mondéjar, Memoria de Licenciatura, Madrid, s.a., inédita; GARCÍA LÓPEZ, J. C.: Aumentos a las Relaciones Topográficas de Felipe II, publicadas en el Memo­ria] Histórico Español, Tomo XLII, Madrid, 1903, pág. 337; HERRERA CASADO, ANTONIO, Glosario Alcarreño, Tomo I Por los caminos de la Alcarria, Guadala­jara, 1974, págs. 124‑129.

Ficha 5

TITULAR: Caballero santiaguista de la fa­milia López Soldado.

ESCUDO: López Soldado.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar. Fachada de una vivienda noble del siglo XVIII, al come­dio de la calle Umbría­

MATERIAL: Alabastro amarillento. Fecha: Siglo XVIII.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Muy bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra colocado este escudo sobre la portada de una mansión sencilla de aspecto noble, en la céntrica y estrecha calle de la Umbría. Pertenece al linaje de los López Soldado, y más concretamente a un hidalgo pertene­ciente a la Orden de Santiago, pues la celada y la cruz acolada de la Orden así lo atestiguan. El cuartelado con muebles modernos nos posibilita pensar en que estos López Soldado eran ricos hacendados que a lo largo del siglo XVIII consiguieron acrecentar su posición con la adquisición de la hidalguía y el ingreso en una Orden de Caballería, diseñando «ex‑novo» su escudo.

BLASONADO: Escudo cuartelado, primero trece roeles en tres palos; segundo un águila pasmada; tercero un guerrero portando lanza; cuarto un lobo andante sobre ondas de agua; al timbre celada que mira a la izquierda; acolado de cruz de Santiago; lambrequines y cenefa cargada de florecillas. En las esquinas, cabezas de angelillos

NOTAS: FERNÁNDEZ MADRID, MARÍA TERESA: El Convento de San Antonio de Mondéjar, Memoria de Licenciatura, Madrid, s.a., inédita; GARCÍA LÓPEZ, J. C.: Aumentos a las Relaciones Topográficas de Felipe II, publicadas en el Memorial Histórico Español, Tomo XLII, Madrid, 1903, pág. 337; HERRERA CASADO, ANTO­NIO: Glosario Alcarreño, Tomo I Por los caminos de la Alcarria, Guadalajara, 1974, págs. 124‑129.

Ficha 6

TITULAR: Caballero santiaguista de la fa­milia López Soldado.

ESCUDO: López Soldado añadidas de otros.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, sobre el bal­cón central de la fachada de una casa noble al comedio de la calle de D. Luís.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: Siglo XVIII.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Muy bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra colocado este escudo en lo alto del balcón central de una casa sencilla pero de aspecto noble en la calle de D. Luís, céntrica y estrecha. Muy bien tallado, denota ser obra del siglo XVIII, y pertenecer a un hidalgo con hábito de la Orden de Santiago, como lo demuestra la celada adiestrada que lleva por timbre, y la cruz acolada de Santiago. Sin duda pertenece a un miembro de la familia López Soldado, pues los cuarteles de la mitad derecha del escudo ofrecen los mismos muebles que el escudo de esta familia luce en su caserón de la Calle Mayor de Mondéjar. Añade en la mitad izquierda otros blasones de linaje desconocido con el que emparentan.

BLASONADO: Escudo partido, a la derecha las armas de los López Soldado, en cortado, y medio partido y cortado, que se distribuyen así: 1º, cuartelado, trece roeles en tres palos; 2º, un guerrero portando lanza; 3º, un águila pasmada, y 4º un lobo andante. A la izquierda, armas de linaje no identificado, terciado en faja, que se distribuyen así: 1º, cinco estrellas de ocho puntas; 2º, cinco corazones; 3º, un árbol defendido de un lobo; al timbre celada que mira a la derecha; acolado de cruz de Santiago; lambrequines y un par de pescados semejando delfines, más venera en la punta, que sostienen el escudo.

NOTAS: FERNÁNDEZ MADRID, MARÍA TERESA: El Convento de San Antonio de Mondéjar, Memoria de Licenciatura, Madrid, s.a., inédita; GARCÍA LÓPEZ, J. C.: Aumentos a las Relaciones Topográficas de Felipe II, publicadas en el Memorial Histórico Español, Tomo XLII, Madrid, 1903, pág. 337; HERRERA CASADO, ANTO­NIO: Glosario Alcarreño, Tomo I Por los caminos de la Alcarria, Guadalajara, 1974, págs. 124~129.

Ficha 7

TITULAR: Iñigo López de Mendoza, segun­do conde de Tendilla. ESCUDO: Mendoza timbradas de condado de Tendilla.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, convento franciscano de San Antonio, portada prin­cipal, enjuta derecha.

MATERIAL: Piedra.

FECHA: 1489.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Muy bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra este escudo tallado en piedra en la enjuta derecha de la portada renacentista del convento de San Antonio de Mondéjar. Este convento fue fundado en 1489 por el «gran Tendilla» don Iñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla y primer marqués de Mondéjar. Las armas son las tradicionales de Mendoza y la Vega, heredadas de su abuelo el primer marqués de Santillana. Aquí se añade, acolando a las primitivas armas, una estrella (en teoría, de 8 puntas) y una cartela o frase suelta que dice «Buena Guía». Este lema fue añadido por el segundo conde de Tendilla tras su viaje a Roma en 1486, pues quiso completar sus armas con la estrella de los Reyes Magos y una frase que propiciara el éxito de su viaje. Quedaron así las armas de Mendoza añadidas de este símbolo y lema como propias de los condes de Tendilla y marqueses de Mondéjar.

BLASONADO: Escudo español, cuartelado en sotuer primero y cuarto banda fileteada, segundo y tercero repartida la leyenda AVE MARÍA GRATIA PLENA. Acolado de una estrella de múltiples puntas y sumado de una cartela en que se lee «BVENA GVIA». Pertenece al apellido Mendoza, añadido de la estrella y frase que puso el segundo conde de Tendilla, y primer marqués de Mondéjar, don Iñigo López de Mendoza, a quien pertenece.

NOTAS: Sobre el “gran Tendilla» consultar preferentemente CEPEDA ADÁN, J.: El gran Tendilla, medieval y renacentista, en «Cuadernos de Historia», I (1967), págs. 159‑68; MENESES GARCÍA, E.: Iñigo López de Mendoza, Correspondencia del Conde de Tendilla, I (1508‑1509): Biografía, estudio y trascripción, en «Archivo Documental Español», XXXI, Madrid, 1974; NADER, H.: Los Mendoza y el Renaci­miento Español, Institución «Marqués de Santillana», Guadalajara, 1986; LAYNA SERRANO, F.: Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI, Madrid, 1942,,TOMO I Sobre el monasterio franciscano de San Antonio de Mondé­jar, consultar GÓMEZ‑MORENO, M.: Hacia Lorenzo Vázquez, en «Archivo Español de Arte», I (1925), págs. 140; HERRERACASADO, A.: Crónica y Guía de la provincia de Guadalajara, 2a edición, Guadalajara, 1988, págs. 308‑315.

Ficha 8

TITULAR: Iñigo López de Mendoza, segun­do conde de Tendilla.

ESCUDO: Mendoza, timbradas de Tendilla.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, convento franciscano de San Antonio, hastial del pres­biterio.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: 1489.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra en la parte central y elevada del hastial del presbiterio del templo conventual de San Antonio, en Mondéjar, hoy en ruinas. Forma un conjunto con los dos escudos siguientes, que se rodean de coronas cívicas muy en el estilo de la heráldica italiana. Este escudo es en todo similar al anterior. Don Iñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla, obtuvo el título de marqués de Mondéjar en 1512 por el Rey Fernando V de Castilla. La fundación de este Convento es de 1489, mediante Bulas conseguidas del Papa Inocencio VIII durante su viaje diplomático a Italia en 1485‑86. En este convento se enterraron durante varias generaciones los marqueses de Mondéjar que, como él, fueron además Capitanes Generales de Granada.

BLASONADO: Escudo español, cuartelado en sotuer primero y cuarto banda fileteada, segundo y tercero repartida la leyenda AVE MARÍA GRATIA PLENA. Acolado de una estrella de múltiples puntas y sumado de una cartela en que se lee «BVENA GVIA». Rodeado de una corona cívica. Pertenece al apellido Mendoza, añadido de la estrella y frase que puso el segundo conde de Tendilla, y primer marqués de Mondéjar, don Iñigo López de Mendoza, a quien pertenece.

NOTAS: Sobre el «gran Tendilla» consultar preferentemente CEPEDA ADÁN, J.: El gran Tendilla, medieval ‑ I, renacentista, en «Cuadernos de Historia», I (1967): págs. 159‑68; MENESES GARCÍA, E.: Iñigo López de Mendoza, Correspondencia del Conde de Tendilla, I (1508‑1509): Biografía, estudio y trascripción, en «Archivo Documental Español», XXXI, Madrid, 1974; NADER, H.: Los Mendoza ‑ i, el Renaci­miento Español, Institución «Marqués de Santillana», Guadalajara, 1986; LAYNA SERRANO, F.: Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI Madrid, 1942. Tomo I. Sobre el monasterio franciscano de San Antonio de Mondéjar, consultar GÓMEZ‑MORENO, M.: Hacia Lorenzo Vázquez, en «Archivo Español de Arte», I (1925): 140; HERRERA CASADO, A.: Crónica y Guía de la provincia de Guadalajara, 2a edición, Guadalajara, 1988, págs. 308‑315.

Ficha 9

TITULAR: Cruz de Jerusalem.

ESCUDO: La Cruz de Jerusalem.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, convento franciscano de San Antonio, hastial del pres­biterio.

MATERIAL: Piedra caliza. FECHA: 1489.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra en la parte central y elevada del hastial del presbiterio del templo conventual de San Antonio, en Mondéjar, hoy en ruinas. Forma un conjunto con el escudo anterior y el escudo siguiente, rodeándose todos de coronas cívicas muy en el estilo de la heráldica italiana. Se trata de una cruz potenzada, similar a la cruz de Jerusalem. Se ha querido ver en ella el recuerdo del tío del fundador, el Cardenal don Pedro González de Mendoza, muy devoto de la cruz y patriarca de Alejandría. Pero este escudo no tiene nada que ver con él. Podría tratarse de un privilegio obtenido por don Iñigo López de Mendoza del Papa Inocencio VIII para que en el centro de su templo conventual pusiera este símbolo, el más reconocido del cristianismo, con especiales características rituales. Esta misma cruz se ve en otro escudo de la torre de la iglesia parroquial de Mondéjar, sobre la ventana del segundo cuerpo de la misma.

BLASONADO: Escudo español, con la cruz potenzada de Jerusalem, rodeado de corona cívica.

NOTAS: CADENAS Y VICENT, VICENTE DE: Diccionario heráldico, Madrid, 1984.

Ficha 10

TITULAR: Francisca Pacheco Portocarrero, segunda esposa de Iñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla.

ESCUDO: De Pacheco y Portocarrero bor­durado de Castilla y León.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, convento franciscano de San Antonio, hastial del pres­biterio.

MATERIAL: Piedra caliza. FECHA: 1489.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Pertenece este escudo a doña Francisca Pacheco y Portoca­rrero, hija de don Juan Pacheco, primer marqués de Villena, y de su segunda esposa, doña María Portocarrero Enríquez. Fue la segunda esposa de Iñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla, fundador del convento franciscano de San Antonio de Mondéjar donde se encuentran estas armas. La primera mujer de este Iñigo López fue doña María Lasso de Mendoza. Estas mismas armas, mejor talladas aún, se ven en la enjuta izquierda de la portada principal de la iglesia de este convento franciscano. En éste se ven las calderas jaqueladas.

BLASONADO: Escudo español, cuartelado, 1º y 4º banda cargada de castillos y por bordura una cadena, de Portocarrero; 2º y 3º dos calderas puestas en palo, de Pacheco: por bordura, castillos y leones por el marquesado de Villena. Al timbre, corona marquesal. Rodeado por una corona cívica.

NOTAS: COOPER, EDWARD: Castillos señoriales de Castilla en los siglos XV y XVI, Fundación Universitaria Española, Madrid, 1980, Tomo I; LAYNA SERRANO, FRANCISCO: Historia de Guadalajara y sus Mendozas durante los siglos XV y XVI, Madrid, 1942, Tomo II. IBAÑEZ DE SEGOVIA: Historia de la Casa de Mondéjar, Manuscrito en 3 tomos en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, siglo XVIL

Ficha 11

TITULAR: Luís Hurtado de Mendoza, segundo marqués de Mondéjar­

ESCUDO: Mendoza, timbradas de Tendilla.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, iglesia parro­quial, portada principal.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: 1560.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra este escudo, tallado en piedra, en la enjuta derecha de la portada principal del templo parroquial de Mondéjar, que mandó construir el segundo marqués del título, don Luís Hurtado de Mendoza, y que fue llevada a cabo por el arquitecto Nicolás Adonza, siendo concluida la obra hacia 1560. La boca

de este escudo es netamente italianizante, apareciendo las armas de Mendoza puras acoladas de la estrella que mandó añadir como enseña el primer marqués, faltando sin embargo el lema «Bvena Gvia”, que también puso. El segundo marqués fue, como su padre, capitán general del reino de Granada y alcaide de la Alhambra, pero siempre cuidó a Mondéjar con atención, procurando a la villa grandes beneficios. Estas mismas armas se ven sobre el dintel de la portada occidental del mismo templo, talladas en piedra caliza, muy desgastadas. También se ven, talladas en madera, sobre la hoja derecha de dicha puerta occidental, sobre cartela italianizante y timbradas de corona marquesal y estrella de múltiples puntas.

BLASONADO: Escudo italiano, cuartelado en sotuer primero y cuarto banda fileteada, segundo y tercero repartida la leyenda AVE MARÍA GRATIA PLENA.

Acolado de una estrella de múltiples puntas y timbrado de corona marquesal. Pertenece al apellido Mendoza, añadido de la estrella que puso el segundo conde de Tendilla, y primer marqués de Mondéjar, don Iñigo López de Mendoza. Pertenece al hijo de éste, mayorazgo de la casa, don Luís Hurtado de Mendoza.

NOTAS: CEPEDA ADÁN, J.: Los últimos Mendoza granadinos del siglo XVI, Granada, 1974; IBAÑEZ DE SEGOVIA, G.: Historia de la Casa de Mondéjar, Manuscrito en tres tomos en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, siglo XVII; NADER, H.: Los Mendoza y el Renacimiento español, Institución «Marqués de Santillana», Guadalajara, 1986.

Ficha 12

TITULAR: Catalina de Mendoza y Zúñiga, esposa del segundo marqués de Mondéjar.

ESCUDO: De Mendoza, rama de los señores de Almazán y condes de Monteagudo, y de Zúñiga.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, iglesia parro­quial, portada principal.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: 1560.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCION: Este escudo se encuentra en la enjuta izquierda de la portada principal de la iglesia parroquial de Mondéjar, acompañando al del segundo marqués de Mondéjar. En estilo italiano, timbrado de la corona marquesal que le corresponde por matrimonio, pertenece a doña Catalina de Mendoza y Zúñiga, esposa de dicho marqués. Fue esta señora hija de don Pedro González de Mendoza, primer conde de Monteagudo, y señor del estado de Almazán, jefe por tanto de la casa de Mendoza que compitió con la de los duques del Infantado en punto a ser la más antigua del linaje. Este Mendoza estuvo casado con doña Isabel de Zúñiga y Avellaneda. Doña Catalina de Mendoza, hija de ambos, fue enterrada en Valladolid.

BLASONADO: Escudo italiano, cuartelado, primero y cuarto partido en frange, al primero una banda fileteada y al cuarto una barra fileteada, llevando al segundo y tercero cinco panelas puestas de dos, dos y una; segundo y tercero una banda bordurado de una cadena. Acolado de una cinta y timbrado de corona marquesal. Pertenece el primero a los Mendoza de Almazán, condes de Monteagudo, aunque aquí lleva mal puesto el cuarto campo, en que aparece una barra cuando debiera ser una banda. Se trata de un error del cantero. El segundo pertenece a los Zúñiga. El escudo es de doña Catalina de Mendoza y Zúñiga, esposa del segundo marqués de Mondéjar.

NOTAS: PECHA, HERNANDO Historia de Guadalajara y como la Religión de Sn. Gerónimo en España, fue fundada y restaurada por sus ciudadanos, Inst. de Cultura «Marqués de Santillana», Guadalajara, 1977; GUTIÉRREZ CORONEL, DIE­GO: Historia Genealógica de la casa de Mendoza, edición del Instituto «Jerónimo Zurita» del C.S.I.C., Madrid, 1946, 2 tomos, con prólogo y estudio de ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA.

Ficha 13

TITULAR: Luís Hurtado de Mendoza, se­gundo marqués de Mondéjar.

ESCUDO: Mendoza.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, iglesia parro­quial, cara norte de la torre.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: 1560. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra este escudo, tallado en piedra, sobre la cara norte de la torre del templo parroquial de Mondéjar, que mandó construir el segundo marqués del título, don Luís Hurtado de Mendoza, y que fue llevada a cabo por el arquitecto Nicolás Adonza, siendo concluida la obra hacia 1560. Se acompaña de otros escudos en los que aparecen las armas de su esposa Catalina de Mendoza, y la cruz potenzada de Jerusalem. La boca de este escudo es de estilo italianizante, apareciendo las armas de Mendoza puras timbradas de corona marquesal, sin el añadido de la casa de Tendilla que debería haber llevado (estrella de ocho puntas y leyenda «Bvena Gvia”. Los lambrequines, trazados por Adonza, son netamente renacentistas.

BLASONADO: Escudo italiano, cuartelado en sotuer primero y cuarto banda fileteada, segundo y tercero repartida la leyenda AVE MARÍA GRASIA PLENA. Timbrado de corona marquesal. Lambrequines con grutescos y roleos renacentistas. Pertenece al apellido Mendoza. Pertenece al segundo marqués de Mondéjar, don Luís Hurtado de Mendoza.

NOTAS: CEPEDA ADÁN, J.: Los últimos Mendoza granadinos del siglo XVI, Granada, 1974; IBAÑEZ DE SEGOVIA, G.: Historia de la Casa de Mondéjar, Manuscrito en tres tomos en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, siglo XVII; GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO: Historia Genealógica de la Casa de Mendoza, edición del Instituto «Jerónimo Zurita» del C.S.I.C., Madrid, 1946, 2 tomos, con prólogo y estudio de ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA; FERNÁNDEZ MADRID,

FERNANDEZ, María Teresa: El mecenazgo de los Mendoza en Guadalajara: La arquitectura alcarreña del Renacimiento, Tesis doctoral inédita leída en la Universidad de Madrid, 1987; HERRERA CASADO, A.: Crónica y Guía de la Provincia de Guadalajara, Guadalajara, 1988, 2ª edición, págs. 311‑313.

Ficha 14

TITULAR: Catalina de Mendoza, esposa del segundo marqués de Mondéjar.

ESCUDO: De Mendoza (simplificadas) y Zúñiga.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, iglesia parroquial, cara norte de la torre.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: 1560.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Bueno.

DESCRIPCIÓN: Se encuentra este escudo, tallado en piedra, sobre la cara norte de la torre del templo parroquial de Mondéjar, que mandó construir el segundo marqués del título, don Luís Hurtado de Mendoza, y que fue llevada a cabo por el arquitecto Nicolás Adonza, siendo concluida la obra hacia 1560. Se acompaña de otros escudos en los que aparecen las armas del constructor, su esposo Luís Hurtado de Mendoza y la cruz potenzada de Jerusalem. La boca de este escudo es de estilo italianizante, apareciendo las armas de Mendoza y Zúñiga, distribuidas en cuarteles. Las de Mendoza están simplificadas, pues sólo llevan en frange las bandas fileteadas pero el campo correspondiente al linaje de los Monteagudo, que serían cinco panelas con campo, no las lleva. Las de Zúñiga también están simplificadas, pues tiene la banda pero le falta la cadena en bordura. Los lambrequines, trazados por Adonza, son netamente renacentistas.

BLASONADO: Escudo italiano, cuartelado, primero y cuarto las armas de Mendoza simplificadas, consistentes en cuartelado en frange, primero y cuarto una banda fileteada, segundo y tercero campos vacíos (sin las panelas de Monteagudo); segundo y tercero las armas de Zúñiga también simplificadas, consistentes en una banda. Timbrado de corona marquesal. Lambrequines con grutescos y roleos renacentistas. Pertenece a doña Catalina de Mendoza y Zúñiga, esposa del segundo marqués de Mondéjar.

NOTAS: CEPEDA ADÁN, J.: Los últimos Mendoza granadinos del siglo XVI, Granada, 1974; IBAÑEZ DE SEGOVIA, G.: Historia de la Casa de Mondéjar, Manuscrito en tres tomos en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, siglo XVII; GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO: Historia Genealógica de la casa de Mendoza, edición del Instituto «Jerónimo Zurita» del C.S.I.C., Madrid, 1946, 2 tomos, con prólogo y estudio de ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA; HERRERA CASADO, A.: Crónica y Guía de la provincia de Guadalajara, Guadalajara, 1988, 2.a edición, págs. 311‑313.

Ficha nº 15

TITULAR: Doña Ana de Cabrera Vargas y Tapia, esposa del quinto marqués de Mondéjar, y madre de D. Iñigo López de Mendoza, sexto marqués de Mondéjar.

ESCUDO: De Velasco y Vargas.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, lado derecho de la portada occidental de la iglesia parroquial.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: Hacia 1620.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Deficiente.

DESCRIPCIÓN: Aunque carecemos de documentación para aseverarlo con certeza, creemos que este emblema pertenece a Doña Ana de Cabrera Vargas y Tapia, madre del sexto marqués de Mondéjar. Indudablemente fue este titular del marquesado, capitán general de Granada y alcaide de la Alhambra como todos sus antepasados, quien mandó levantar la portada occidental del templo parroquial de la Magdalena de Mondéjar, y ello lo hizo poco después de casarse y a poco de acceder a la titularidad de su marquesado, esto es, a partir de 1616. Este noble puso su escudo (Mendoza timbrado de Tendilla) en la clave de la portada, reservando los lados de la portada para los escudos de su madre (el de su padre era también Mendoza timbrado de Tendilla), y de su esposa, que vemos en la siguiente ficha. Dª Ana de Cabrera Vargas y Tapia era hija de D. Diego de Vargas Manrique, caballero de Alcántara, y de Da Mariana de Tapia. Fue además hermana de D. Antonio de Vargas, primer marqués de la Chavela y espía mayor de Castilla.

BLASONADO: Escudo español, partido. Primero cortado, 1º verado en ondas, de Velasco, y 2º ondado con bordura de castillos y leones, de Vargas. Segundo un árbol. Al timbre, corona marquesal. Lambrequines manieristas.

NOTAS: GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO: Historia Genealógica de la casa de Mendoza, edición del Instituto «Jerónimo Zurita» del C.S.I.C., Madrid, 1946, 2 tomos, con prólogo y estudio de Ángel González Palencia.

Ficha 16

TITULAR: Doña Brianda de Zúñiga Sar­miento y de la Cerda.

ESCUDO: De Guzmán y Zúñiga.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, lado izquier­do de la portada occidental de la iglesia pa­rroquial.

MATERIAL: Piedra caliza.

FECHA: Hacia 1620.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Defi­ciente.

DESCRIPCIÓN: Pertenece este escudo a Dª Brianda de Zúñiga Sarmiento de la Cerda, cuarta marquesa de Ayamonte y viuda del Conde de Saltes. Aparece aquí situado por haber contraído matrimonio en segundas nupcias con D. Iñigo López de Mendoza, sexto marqués de Mondéjar, en 1616, y habiendo éste construido poco después esta portada occidental para mejor adornar el templo parroquial de la Magdalena de su villa marquesal, colocó en la clave de dicha portada sus propias armas (de Mendoza puras timbradas de Tendilla), y en los laterales los escudos de su madre (Dª Ana de Cabrera y Vargas) y de su esposa, la referida Dª Brianda de Zúñiga. Era ésta hija de D. Francisco de Guzmán y Zúñiga, marqués de Ayamonte, y de Dª Ana Félix de Guzmán, y nieta a su vez de D. Antonio de Guzmán y Zúñiga, marqués de Ayamonte y gobernador de Milán, de cuyo claro linaje trae las armas partidas.

BLASONADO: Escudo partido, primero dos calderos puestos en palo, de Guz­mán; segundo una barra de Zúñiga. Al timbre, corona marquesal. Lambrequines manieristas.

NOTAS: GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO: Historia Genealógica de la casa de Mendoza, edición del Instituto «Jerónimo Zurita» del C.S.I.C., Madrid, 1946, 2 tomos, con prólogo y estudio de ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA.

Ficha 17

TITULAR: Don José Ibáñez de Mendoza, décimo marqués de Mondéjar.

ESCUDO: De Figueroa, de Mendoza, de Velasco.

LOCALIZACIÓN: Mondéjar, fachada del edificio que fue en su día palacio de los mar­queses, hoy muy transformado.

MATERIAL: Piedra caliza.

ESTADO DE CONSERVACIÓN: Regular.

DESCRIPCIÓN: Los marqueses de Mondéjar, concretamente el segundo de ellos, don Luís Hurtado de Mendoza, iniciaron mediado el siglo XVI la construcción de un palacio en su villa de Mondéjar, con trazas que pudieran ser de Machuca o de Adonza. No se llegó a concluir, y sobre el caserón inexpresivo que luego fue utilizado de palacio marquesal se pusieron en el siglo XVII, timbradas en su conjunto por una irregular corona marquesal, las armas de Figueroa, Mendoza y Velasco, puestas en sendos escudos independientes. Las armas de Mendoza y Figueroa proceden del marquesado, que en la segunda mitad del siglo XVII ostentó como décimo marqués don José Ibáñez de Mendoza, que a su vez fue marqués de Agrópolí, Corpa y Valfermoso, así como conde de Tendilla, barón de San Garén, señor de Santa Fe y de la provincia de Almoguera, alcaide perpetuo y general de la Alhambra de Granada, y grande de España nato. Casó en 1687 con doña María Victoria de Velasco, de la casa de los Frías y condes de Haro, por quien se añade en este grupo de blasones el de Velasco.

BLASONADO: Grupo de tres escudos españoles, el primero a la izquierda son cinco hojas de higuera, por Figueroa; el central está cuartelado en frange, primero y cuarto una banda fileteada, segundo y tercero la leyenda «Ave María Gratia Plena» de Mendoza; el último cuartelado de veros y campos lisos, de Velasco. El grupo se timbra con corona marquesal.

NOTAS: GUTIÉRREZ CORONEL, DIEGO: Historia Genealógica de la casa de Mendoza, edición del Instituto «Jerónimo Zurita» del C.S.I.C., Madrid, 1946, 2 tomos, con prólogo y estudio de ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA; HERRERA CASA­DO, A.: Glosario Alcarreño, Tomo I: «Por los Caminos de la Alcarria», Guadala­jara, 1974.