En la ancha galería de personajes ilustres que la tierra alcarreña ha dado al mundo, no podía faltar la figura del briocense Luís del Río Lara, ilustre científico, pionero en muchos aspectos, y olvidado injustamente. Se trata de una de las personalidades más relevantes en el panorama de la Historia de la Medicina española, y podría colocársele en una imaginaria orla de los médicos positivistas más notables, junto a Cajal, Rubio, Ariza o Letamendi. El abrió un camino en la nueva ciencia española, recluido en sus cátedras y en sus laboratorios bioquímicos y anatomopatológicos. Calladamente a base de años de vocación y estudio, que son las dos armas básicas para saber medicina, levantó unos auténticos cimientos sobre los que luego apoyaría la nueva bioquímica y bacteriología españolas.
Luís del Río y Lara nació en Brihuega en 1855. Murió también en Brihuega, apartado ya por jubilación de su trabajo y sus relaciones, olvidado de todos, en 1939, pocos meses después de concluida la Guerra Civil española. Fue a estudiar Medicina a Madrid, formándose adecuadamente, como alumno interno, en el entonces prestigioso Hospital de la Princesa. Allí se puso en contacto con la rama más avanzada y progresista de la Medicina española, concretamente con el Instituto de Técnica Operatoria fundado por Federico Rubio. Nuestro personaje entró a trabajar en el laboratorio de histopatología que dirigía allí Eugenio Gutiérrez, pionero en España de esta materia.
Una vez concluidos sus estudios, fue nombrado ayudante de clases prácticas de histología y anatomía patológica en la Facultad de Medicina de Madrid, junto al entonces catedrático Aureliano Maestre de San Juan. Tras su etapa formativa, en la que pudo estar en contacto con las figuras y las técnicas más avanzadas de la especialidad, del Río marchó a Sevilla para participar en la docencia que impartía la Escuela Libre de Medicina y Cirugía, que había fundado antes Rubio y Galí, y que entonces tenía en Ariza y luego en Roquero los puntales de los nuevos estudios e investigaciones sobre anatomía patológica en España.
En 1892 se abrieron cátedras de histología en varias universidades españolas. Del Río opositó a ellas, y ganó la de Zaragoza. Allá estuvo muchos años, lo mejor de su vida, enseñando y aprendiendo. Durante 30 años, nuestro personaje formó otras tantas promociones de médicos, y los inculcó los nuevos modos de ver la medicina, basados en los aspectos bioquímicos del enfermar, dando también sus clases, ya más tradicionales, de Histología, Anatomía Patológica y Microbiología. En la Universidad zaragozana creó un laboratorio para enseñanza y práctica de estas disciplinas, realizando allí numerosos experimentos, especialmente relacionados con la actinomicosis.
De su estancia en Zaragoza proceden la mayoría de las publicaciones de Luís del Río. Empezó sus estudios sobre la actinomicosis en 1900, y poco antes, en 1898, publicó la primera edición de unos «Elementos de microbiología para uso de los estudiantes de Medicina y Veterinaria», que puede considerarse como el primer libro español de texto, dedicado de forma monográfica, a la microbiología, separada ya entonces de forma total, de la anatomía patológica. Años después, y todavía en Zaragoza, publicó un «Manual de técnica micrográfica, histoquímica y citología» (1923), de uso universitario, al igual que el subsiguiente «Manual de histología normal» que publicó en 1924, y que venían a ser unas útiles obras de generalización y ofrenda práctica de todos los conocimientos de las respectivas materias puestas al día.
También fue activo participante en los diversos congresos y reuniones que sobre su especialidad médica se hicieron por entonces. Y así, en el IX Congreso Internacional de Higiene y Demografía, que se celebró en Madrid en 1898, presentó varias comunicaciones muy interesantes, y obtuvo una medalla de oro.
La actividad fundamental de Luís del Río, sin embargo, se centró en sus trabajos de laboratorio, para los que contó siempre con una vocación sin límites, aunque con medios económicos restringidos. Tanto en Sevilla primero, como luego en Zaragoza y finalmente en Madrid, el briocense del Río fue pionero en el montaje de las instituciones de investigación en torno a la microbiología, y en ese sentido es reconocido unánimente por los tratadistas de historia de la Medicina. Sin embargo, en su propia tierra natal fue poco apreciado, quizá por el aislamiento intelectual y científico de esta provincia, especialmente en los años en que del Río actuó: y así vemos que Diges Antón, en su obra sobre «Biografías de hijos ilustres de la provincia de Guadalajara», no menciona al sabio briocense.
Luís del Río Lara alcanzó en 1923 la cátedra de Histología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid, cuando dicha cátedra quedó vacante a la jubilación de don Santiago Ramón y Cajal. Continuó unos años más en lugar de tanto prestigio, y se mantuvo en su línea de trabajo constante y hombría de bien. Es de justicia que ahora, en este Glosario por donde las tierras las historias y las gentes de Guadalajara desfilan para cumplida memoria, figura la silueta, aunque sea en breve rasgo, de tan ilustre científico y médico alcarreño como fue Luís del Río Lara.
Bibliografía:
Báguena, M. J.: La Microbiología española del siglo XIX, Valencia, tesis doctoral, 1983.
López Piñero, J.M. y otros: «Diccionario histórico de la ciencia moderna en España», Madrid, 1983.
Zubiri Vidal, F.: Historia de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, Zaragoza, 1976.